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A unos 150 metros del Cuartel Bermúdez, en el sector O’Leary de Jesús Enrique Lossada, encontraron los cadáveres de dos muchachos. Ambos presentaban heridas de bala en la cabeza y no tenían identificación.
Los transeúntes y los conductores vieron a lo lejos los cuerpos y avisaron a la Policía. Una de las víctimas yacía boca arriba y tenía la cabeza sumergida en su propia sangre; vestía bermuda vinotinto con franela azul y unas gomas negras. A unos cuantos centímetros, encontraron un bastón de madera. Al parecer, el joven era discapacitado.
A solo ocho pasos del primer cuerpo se encontraba la segunda víctima. Lo lanzaron de costado sobre un cerro de arena. A simple vista se notaba solo una herida de bala en la cabeza, vestía un pantalón azul y una franela naranja con cotizas negras. En una de sus manos sostenía una bolsa de papel con frituras, presuntamente, se disponía a desayunar.
Los vecinos aseguraron que escucharon una detonación, pero en el lugar no se encontraron casquillos de bala.
Los curiosos se acercaron, permanecieron horas junto a los cuerpos, pero no reconocieron a ninguna de las víctimas. Antes del mediodía, trasladaron los dos cadáveres hasta la morgue forense, al cierre de esta edición no los habían identificado.