#AquíSíSeHablaMal

El pueblo sabe quiénes son los responsables de la tragedia en que se ha convertido Venezuela, por lo tanto saben que la gente sí habla mal de Chávez y del Gobierno

Lo primero a lamentar es que sea obligante referirnos a Diosdado Cabello, expresidente de la AN y actual diputado, como “gobierno”, sobre todo desde que era la principal cabeza del Parlamento, lamentable porque un diputado debe ser un funcionario de Estado, en segundo lugar, agudo observador de la gestión del Ejecutivo nacional, su contralor y, en tercer lugar, ciudadano antes que militante, nada de ello aplica al diputado Cabello.

Desde su espacio televisivo Con el Mazo Dando, transmitido por el canal que pagamos todos los venezolanos, emitió una línea de Gobierno, la cual reza: “Aquí no se habla mal de Chávez”, una orden al clientelismo político-partidista anclado en los organismos públicos, lo cual deja extremadamente mal parada la institucionalidad del país.

¿Cómo suponer que usted va ser correctamente atendido en una institución pública cuando sus funcionarios son capaces de exhibir un anuncio, pancarta o letrero: “Aquí no se habla mal de Chávez ni del Gobierno”? Dejando en claro que lo que allí prevalece es el partido, por lo que usted será atendido consecuentemente: Si es camarada del PSUV puede al menos aspirar ser oído, pero si no tiene su Carnet de la Patria, su Carnet del PSUV o no va remitido por una “palanca”, pues será ignorado o “peloteado”.

Queríamos hacer referencia a este lúgubre episodio de nuestra desinstitucionalización para ahondar en lo relevante, el irrespeto del Gobierno a quienes piensan u opinan distinto, he allí el porqué a los gobernantes rojos en el poder le vale muy poco o nada convocar elecciones, puesto a que el 6-D tuvieron su dosis de realidad, el pueblo sabe quiénes son los responsables de la tragedia en que se ha convertido Venezuela, por lo tanto saben que la gente sí habla mal de Chávez y del Gobierno.

No será una hueca frase prefabricada la que le dirá a los venezolanos qué pensar y qué decir; el pueblo tiene una manera predilecta de hablar, la cual es a través de las elecciones, del voto. Si creen que tapizando oficinas públicas con la frase: “Aquí no se habla mal de Chávez” lo próximo será: “Aquí no se hacen elecciones”; “Aquí no se come”; “Aquí no queremos seguridad”; “Aquí no necesitamos medicinas”, así de grave, y ridícula se encuentra nuestra política, objeto de burla mundial.

Venezuela atraviesa su oscurantismo; para librarnos de esta nefasta parte de nuestra historia se requiere un pueblo serio ¡decidido! que comience a enseriar a sus gobernantes, hoy convertidos en estrellas circenses, indolentes, obnubilados de poder.     

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