Vamos un poco al fondo del asunto como es la juramentación de los gobernadores adecos ante la Constituyente. En primer lugar, es falso que esa juramentación la haya ordenado Henry Ramos Allup, hecho expresado por el propio líder blanco y los gobernadores electos
Han iniciado una especie de tiroteo al blanco con Acción Democrática a raíz de la decisión de cuatro gobernadores electos de ese partido: Nueva Esparta, Anzoátegui, Mérida y Táchira, tras juramentarse ante la Asamblea Constituyente, calificada de fraudulenta por la mayor parte de los países democráticos del mundo. Pero dentro de ese blanco, los francotiradores de la extinta MUD han escogido al secretario general de AD, el diputado Henry Ramos Allup como el centro de los ataques.
La gente se pregunta por qué se ataca de esa manera a AD y a su líder nacional. ¿Será porque es el partido que irrumpe dentro de la oposición democrática venezolana como la organización con mayor fuerza política, demostrada al ganar 12 candidaturas a gobernador en las elecciones primarias de la MUD, y, finalmente, obtener cuatro de éstas en las elecciones de gobernadores del recién pasado 15 de octubre?.
Pero se ataca a Henry Ramos Allup, porque es el político mejor visto de la oposición democrática por el pueblo venezolano, y quien lidera las preferencias para una eventual candidatura presidencial ante las elecciones del próximo año, mediante las cuales se elegirá el nuevo Presidente de Venezuela.
Pero vamos un poco al fondo del asunto como es la juramentación de los gobernadores adecos ante la Constituyente. En primer lugar, es falso que esa juramentación la haya ordenado Henry Ramos Allup, hecho expresado por el propio líder blanco y los gobernadores electos.
Se trató de una decisión soberana de los gobernadores adecos, como también es legítima la adoptada por el gobernador electo del Zulia, Juan Pablo Guanipa, de no presentarse ante la Constituyente por considerarla ilegal y sin facultades para cumplir con esa exigencia.
Conociendo la naturaleza de este régimen que no me canso de calificar como corrupto y disoluto, no nos podemos dar el lujo de no juramentarnos ante esa Constituyente, a sabiendas que el Gobierno quiere apropiarse de esos espacios ganados con mucho esfuerzo, superando todos los escollos que el CNE puso en el camino para favorecer al Gobierno.
Ante un régimen como este no hay razonamientos jurídicos , ni de orden ético o moral que valgan. La protesta de Juan Pablo y su resistencia a juramentarse tiene una gran valor, porque no es fácil renunciar a la tentación de ser gobernador del estado más importante del país, pero el esfuerzo realizado por este pueblo para llevarlo a la más alta magistratura del Zulia, se perderá porque el régimen no entiende de legalidad sino de voracidad por el poder absoluto.