¿Fenómenos electorales? o ¿Manipulación del Gobierno?

El CLAP y el Carnet de la Patria han pasado a ser instrumentos de control social poderosos. El 71 % de la población dice tener acceso (aunque irregular) a los CLAP, de ellos el 70 % dice ser oficialista y 30 % opositor

Con más de una semana de distancia de las elecciones municipales es necesario analizar ¿quién ganó? y ¿quién perdió?  Para ello, debemos destacar que fuimos pocos los independientes, que con un proyecto de cambio asumimos el compromiso de llenar el espacio dejado por los partidos políticos, pero muchos los dirigentes tradicionales que salieron fuera de la línea abstencionista, aupados por la mano invisible del Gobierno. Resulta que, los partidos más votados fueron Copei y el MAS, que hasta ahora han jugado en el boarding line, oposición-Gobierno, inscribieron candidaturas a diestra y siniestra, pasando aluvionalmente – espero que pasajeramente también – a ser los partidos de oposición con mayor representación en votos en el estado Anzoátegui.

Aunado a ello, el CLAP y el Carnet de la Patria han pasado a ser instrumentos de control social poderosos. El 71 % de la población dice tener acceso (aunque irregular) a los CLAP, de ellos el 70 % dice ser oficialista y 30 % opositor, 63 % de la población dice también poseer el Carnet de la Patria; de aquellos que poseen el plástico –y se autodefinen como oficialistas, y dicen también haber participado en las elecciones regionales–, el 95 % terminó efectivamente votando por el Gobierno. 

Pero, en el caso de los que se autodefinen como opositores, el 31 % dice haber terminado votando por el PSUV ¿coaccionados o mantequeados con 500 mil bolívares? Un país que literalmente agoniza en medio de una pobreza extrema en aumento, su población decide votar por quien lo oprime y empobrece. Pero ese voto es ¿consciente? o  ¿manipulado?

Quiero entender que el trabajo político no se ha hecho y que estas personas, lejos de ser unos sinvergüenzas, sienten que la oposición dividida, como está, no tiene opción de poder y además no le presentan una expectativa de cambio por la que luchar, en la cual creer, como para dejar la bolsa del CLAP o los 500 mil bolívares débiles y romper las cadenas con la esclavitud.

Para que el ciudadano cambie su voto por una esperanza, y no por una bolsa o unos reales, es necesario comenzar hacer política, llegarle a la gente, a sus necesidades más sentidas, apoyarlos y darle herramientas. Todos estos fenómenos electorales, evidentemente manipulados por el Gobierno, desde sus super agentes especiales, tienen los pies de barro porque no tienen el trabajo político, ni la intención de atender los problemas de la ciudadanía. Entonces perdimos todos.

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