domingo, enero 19, 2025
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Harakiri en LUZ

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Es hora de buscarle antídoto a este trastorno de paralizaciones periódicas de nuestras actividades como academia

Quiero escribirle a mi universidad con amistad excepcional. Pretendo dirigirme a ella con la confianza que tiene un padre con sus hijos, con el ánimo de quien pretende siempre sumar para los suyos. Y lo hago preocupado. Estos dos últimos meses nuestra LUZ ha menguado. Sus aulas han estado cerradas y desiertas, cada vez con más frecuencia. Por sus pasillos camina coja la academia y corre con vértigo la inconformidad. Lo peor de todo es que hemos armado desde adentro la utilería de semejante escena.

La protesta por las reivindicaciones de nuestro capital humano se ha transformado, no obstante su carácter legítimo, en paralizaciones parciales o absolutas de actividades. Es hora de buscarle antídoto a ese trastorno inoculado.

El impulso de la ciencia y la academia se estanca. Las dependencias medulares, como el servicio médico-odontológico, la dirección de Tecnología, el departamento de Recursos Humanos, Finanzas y Nómina, entre otras, ven sesgadas sus labores, que resultan vitales para la tranquilidad de nuestra comunidad. No hay atención educativa ni administrativa. Se trunca, queda a medias.

Se nos asfixia el pulmón productivo que es inherente a nuestra condición de casa de estudios. Los afectados se cuentan en miles de estudiantes, pero también, y quiero hacer énfasis en ello, se ubican entre las mismas masas de empleados, obreros y profesores que auspician ese tipo de protestas. Es un harakiri institucional que flaco servicio hace a la Alma Máter.

No es mi intención fustigar, ni mucho menos criticar a quienes toman decisiones autónomas. Soy el primer angustiado por la urgencia de sueldos dignos y pagos reivindicativos a nuestro personal. Estas exigencias deben ser atendidas como un acto de justicia. En los gremios yace el derecho autónomo de protestar por lo justo, pero también sobre sus hombros recaen valores de responsabilidad.

No podemos, por ejemplo, dispararnos en el pie para que nos dejen participar en una maratón. Compromisos importantes, como el procesamiento de nóminas para honrar pagos salariales, beneficios, rendición de cuentas ante el Estado y atención de urgencias médicas, quedan en veremos. Recapacitemos con creatividad. Al afectarse la marcha de nuestra universidad, nos afectamos todos. LUZ jamás puede brillar a puertas cerradas.

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