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Analizando un poco los últimos acontecimientos protagonizados por Nicolás Maduro al ordenar la deportación de miles de colombianos acusados de paramilitarismo y ser los responsables del contrabando de gasolina, alimentos y otros enseres de uso doméstico, así como el cierre de la frontera con Colombia por el estado Táchira, sacamos algunas conclusiones en torno a ese comportamiento un poco irracional del Presidente venezolano.
Pudiéramos decir que al ir Maduro contra los colombianos, se enfrenta a eso que ellos llaman el legado de Chávez, porque si alguien le dio permisividad y aliento a los colombianos que conviven con nosotros a lo largo de toda Venezuela, pero con especial preferencia en el Zulia y Táchira, fue precisamente el jefe de la montonera comunista que desgobierna el país.
Hay quienes aseguran que la afición del jefe de la revolución socialista del siglo XXI por los colombianos, no la ocasionaba su fijación por el padre de la patria Simón Bolívar, sino por un interés esencialmente electorero y que se remonta al mes de agosto de 2008 cuando por decisión del fallecido expresidente más de 12 mil colombianos residentes en el Táchira, recibieron la nacionalidad venezolana, actuación que por casualidad, tuvo lugar cuando apenas nos encontrábamos a escasos tres meses de la elecciones municipales y de Gobernadores de diciembre de ese año.
El programa de nacionalización y regularización de extranjeros en Venezuela ya había permitido en el año 2004 cedular a unos cinco millones de ciudadanos, entre ellos unos 600 mil extranjeros que llevaban muchos años conviviendo entre nosotros, pero que no habían podido obtener documentos para su permanencia legal.
Aparte de darle nacionalidad fueron favorecidos con el derecho a gozar de subsidios bajo la forma de las llamadas “misiones”, así como participar en los procesos electorales venezolanos.
Chávez vociferaba contra el presidente colombiano Alvaro Uribe, le aplicaba los calificativos más peyorativos que tuviera a mano, pero al mismo tiempo decía que él amaba a Colombia, sentimiento que expresaba a menudo el Libertador Simón Bolívar, quien quería tanto a esa nación que para su sueño de la Gran Colombia, colocaba a ese país como la capital.
Mientras tanto, se multiplican las especulaciones sobre el por qué Maduro tomó esa decisión, sabiendo que se trataba de ir contra los nacionales colombianos, que habían sido protegidos por Hugo Chávez.