Yo soy LUZ

Como autoridades nos ha correspondido un período atípico que se ha alargado, ante la falta de  respuesta de los organismos competentes para el llamado a las elecciones

Durante más de 40 años, mi vida ha gravitado en torno a la Universidad del Zulia. Es la casa donde me formé y a la cual he dedicado, siempre junto a la familia, los mejores años de mi juventud y madurez.

He visto a mi universidad coronarse con el éxito de sus estudiantes y egresados en Venezuela y en otras fronteras, proyectándola como uno de los mejores centros de estudio del país. Es un mérito que no merece mancillarse en el juego político.

¿Que la universidad necesita renovarse? Por supuesto, pero esa transformación no debe reducirse al simple cambio de autoridades, porque la crisis es más profunda, con raíces en el modelo obsoleto de asignación de recursos que restringe al desarrollo académico, siempre desplazado por las prioridades del presupuesto insuficiente.

Muchos de los que hoy toman la palabra para atacar a la gestión universitaria parecen ignorar, deliberadamente, la difícil tarea de hacer ciencia, docencia y extensión sin presupuestos dignos, ni equipamiento.

Por sus gremios y fortalezas, la universidad ha salido adelante en los últimos siete años, aunque su funcionamiento cada día es más insostenible y precario.

Como autoridades nos ha correspondido un período atípico que se ha alargado, ante la falta de  respuesta de los organismos competentes para el llamado a las elecciones. Junto a mi equipo, hemos replanteado la planificación de planes y metas académicas mientras se restaura el orden institucional. Como soy LUZ, me preocupan estos problemas y amenazas que se ciernen sobre el futuro de las universidades autónomas. 

De manera reiterativa, a través de los diarios de la región, he solicitado, en nombre de docentes, trabajadores y estudiantes, que el Tribunal Supremo de Justicia fije la reactivación de los procesos electorales pendientes. Es un anhelo de toda la comunidad universitaria, esa misma que ha perdido el  bienestar y la calidad de vida con sueldos devaluados por la inflación.

Pero hoy la institución nos necesita unidos para defenderla. Es prioritaria la renovación de las autoridades, pero también el financiamiento justo y la creación de más oportunidades para el desarrollo académico; para la apertura de nuevas carreras y centros de investigación, multiplicando la presencia universitaria en los municipios y comunidades del Zulia.

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