El régimen sabe que el miedo desapareció. Ya nadie tiene nada que perder. Numerosos funcionarios públicos estamparon su firma a la vista de todos
Cuando en el país 180 niños del Hospital JM de los Ríos se quedaron sin comida, por la deuda con los proveedores de alimentos; cuando la empresa Cervecería Polar, después de 75 años se paraliza por falta de materias primas, mientras el régimen se las otorga a otras empresas del ramo; cuando en Cojedes los ciudadanos protestan por la escasez de alimentos y en Maracaibo casi 90 empresas han sido saqueadas en los últimos días; cuando el gobernador de Lara afirma que la gente se está muriendo por hambre y enfermedades; cuando la ministra de Salud ha donado al Ecuador toda la existencia de solución fisiológica de nuestros hospitales; cuando se agrede en sitios públicos a periodistas y a connotados líderes de oposición en medio de la mayor impunidad; cuando nuestros hospitales y escuelas están en el suelo y medio paralizados; cuando se le corta la luz a la Asamblea Nacional para que sea tan oscura como Miraflores; cuando todo esto ocurre en un país sin energía y paralizado, el Presidente de la República ocupa su tiempo en tareas intrascendentes y en nombrar un equipo "para revisar una por una todas las firmas entregadas por la derecha" para activar el referendo constitucional, como sino existiera un poder público para ello: El Poder Electoral. No quiere aceptar que según Datanálisis siete de cada 10 venezolanos quieren un cambio de Gobierno.
En apenas tres días los venezolanos firmaron las planillas entregadas a juro por el CNE, recogiendo 10 veces mas rúbricas que las requeridas por ahora. El régimen sabe que el miedo desapareció. Ya nadie tiene nada que perder. Numerosos funcionarios públicos estamparon su firma a la vista de todos. Solo funcionarios serviles se atreven a afirmar que "aquí no se ha activado nada".
En Venezuela se activó el rechazo a este régimen deslegitimado. Se activó la consciencia de todos. Se activó el espíritu de cambio y de protesta. Se activó el sentimiento nacional de un país en proceso de extinción. Se activaron los valores superiores de la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la responsabilidad social y la preeminencia de los derechos humanos. Se activó la consciencia ética de un país que ya no aguanta la crisis moral que nos agobia.Todo eso se activó en un país que ya se cansó de ser el hazmerreír del mundo y de América Latina. Ojalá el CNE tenga bien claro, que cuando la soberanía popular se activa, no hay fuerza que la detenga.