Trabajo Complejo

Carlos Subero asumiu00f3 el rol de coach de primera base de los Cerveceros de Milwaukee luego de ser mu00e1nager durante 17 au00f1os en ligas menores. (Foto: AP)

Carlos Subero, Eduardo Pérez y Omar Vizquel son los tres venezolanos que fungen como técnicos de primera base en Grandes Ligas, con Milwaukee, Atlanta y Detroit, respectivamente. Cumplir este rol en la Gran Carpa representa una gran responsabilidad para la persona que lo ocupa, a pesar de que en el terreno esto puede pasar desapercibido por los ojos de los espectadores

El béisbol venezolano es conocido por la gran calidad que tienen los peloteros que exportan, pero en los últimos años ha proliferado la cantidad de técnicos en las Grandes Ligas. Carlos Subero, Eduardo Pérez y Omar Vizquel conforman un trío de coaches de primera base que cumple ese rol en el big show. Los equipos de los dos primeros, casualmente, se ven las caras hoy en la serie de tres juegos que inician Cerveceros de Milwaukee y Bravos de Atlanta. 

“Es una bendición tener a dos venezolanos como coaches en la primera base enfrentándose, algo que es atípico. Además tenemos a Omar Vizquel, que es coach de con los Tigres de Detroit”, declaró Subero a La Verdad.

El caraqueño es el que más experiencia ha acumulado entre los tres. El actual instructor  de los lupulosos estuvo como mánager durante 17 años en diferentes niveles del béisbol y ahora le llegó el momento de ser coach al máximo nivel del béisbol estadounidense con Milwaukee. 

“Ha sido una tremenda experiencia hacer esto al máximo nivel. Yo no hacía esto desde mis comienzos en la liga rookie. Esto es como todo, vas poco a poco”, siguió.

Por otra parte, Pérez pasó de mandar en el bullpen de Atlanta a ser el técnico del primer cojín, luego de que el club despidiera al estratega Fredi González. El zuliano tiene ahora la obligación de ordenar los robos de bases y estudiar las señas, mientras su equipo está en acción. 

“Estuve en ese rol por dos meses en las ligas menores y aunque fue por poco tiempo, aprendí mucho”, comentó Pérez a El Universal. “La diferencia (entre ambos roles) es que ahora me toca trabajar menos en la preparación previa. Ahora mi trabajo es más en el juego, tengo que analizar los movimientos, cómo robarse las bases, ver videos de los bateadores rivales y estudiar las señas”.

Analizan números

Cumplir este rol en la Gran Carpa representa una gran responsabilidad para la persona que lo ocupa, a pesar de que en el terreno esto puede pasar desapercibido. El coach recibe una serie de reportes de los scouts que deben ser analizados para tomar decisiones en las diferentes situaciones que se presentan. 

“A este nivel hay muchos videos, informaciones y números que revisar”, explicó Subero sobre la responsabilidad de ocupar ese puesto. “En ligas menores no se tiene ese tipo de información, muchas de las decisiones son por instinto. Aquí (en Grandes Ligas) hay más números e informaciones concretas, esa es la principal diferencia entre ser coach en las Mayores y ligas menores”. 

Detectan fallos

Indicar cuándo deben salir al robo los corredores forma parte del trabajo que debe ejecutar cada instructor de la primera almohadilla, para eso deben emplear varias horas revisando videos que le ayudan a detectar los fallos que pueda tener un lanzador en su mecánica. 

“José Fernández de Miami es un ejemplo. A él no le habían robado base desde hacía mucho tiempo y nosotros detectamos algo que él (Fernández) hacía”, comentó Subero en relación a que los Cerveceros le robaron (el 9 de mayo) la primera base a Fernández desde el 5 de abril del 2014.

Ser mánager de Grandes Ligas requiere para algunos una gran cantidad de tiempo y tener la posibilidad de ser coach en el mejor nivel del béisbol podría significar un chance dorado para eventualmente conseguir esa meta.

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