
Liliana Salas Contreras era nueva en Las Trinitarias. Viajaba con tres niños y está embarazada. Se quedó por una noche en el barrio. Según la mujer, la niña murió en la noche y la enterró. Se marchaba sin la bebé cuando la comunidad la golpeó y la entregó a la Policía regional
A golpes, los vecinos del barrio Las Trinitarias, parroquia Francisco Eugenio Bustamante, quisieron matar a Liliana del Carmen Salas Contreras (38), al parecer, con problemas mentales, luego de enterarse de que enterró a su bebé de ocho meses, una hermosa niña, en un basurero.
Ayer en la mañana, los curiosos le preguntaron a Salas dónde estaba la bebé que tenía en sus brazos, pero ella les respondió que en Las Caballerizas, luego en otro sitio cercano.
La comunidad alarmada por la bebé inició la búsqueda hasta que acorralaron a la madre y la obligaron a decir dónde la tenía. “Entonces ella dijo: La enterré ahí”, recordó un vecino mientras señalaba el sitio donde la sepultó.
Aparentemente, ya la niña había muerto. Ella no sabía qué hacer con el cuerpo, la envolvió en una cobija, escarbó en la arena de un basurero y allí la enterró, luego le puso encima unas bolsas de basura. El cuerpo solo llevaba puesto un pañal.
Los vecinos enardecidos intentaron linchar a la madre, pero notaron que estaba embarazada y la entregaron a los efectivos de la Policía regional.
Buscaba refugio
Las mujeres contaron que Salas llegó al barrio el pasado sábado en la noche, buscaba refugio para quedarse a dormir con su bebé y con otros dos niños, uno de cuatro y otro de tres años. Una vecina se apiadó de la mujer y le rentó por una noche un ranchito de su papá que estaba desocupado.
Los vecinos habían visto a la bebé, la describieron como una niña hermosa, presumen que su madre, antes de enterrarla, la mató. Sin embargo, esta hipótesis no ha sido corroborada por funcionarios de la Policía científica, quienes acudieron al sitio para levantar el cadáver.
Salas y los niños quedaron bajo la custodia de la Policía regional. La trasladaron al Centro de Coordinación Policial Oeste, allí permanecerá hasta que un juez decida su caso. Se le hará evaluación médica para descartar problemas mentales y adicción.