Stratford-upon-Avon
Enclavada en el corazón de Inglaterra se encuentra Stratford-upon-Avon la ciudad natal del famoso escritor William Shakespeare. Ayer se vistió de gala para celebrar los 400 años de su fallecimiento y como acto principal se abrieron las puertas del segundo piso del célebre colegio King Edward VI para permitir que el público pueda admirar los salones donde Shakespeare aprendió sobre los autores de la literatura y presenció escenificaciones de muchos de los clásicos del teatro. El emblemático colegio nunca ha detenido su trabajo como institución dedicada a la enseñanza de la gramática inglesa. En la época del escritor cerca de 60 niños recibían educación allí desde los siete hasta los 14 años.
Stratford-upon-Avon también recordará el fallecimiento de la muerte de Shakespeare con la apertura del New Place, la suntuosa finca donde el dramaturgo vivió sus últimos 19 años y escribió 26 obras. La fundación que gestiona su patrimonio ha reinventado los extensos jardines victorianos que conformaban la que era la segunda casa más grande de la ciudad y que el autor de El sueño de una noche de verano y Mucho ruido y pocas nueces adquirió por aquel entonces por 120 libras (unos 172 dólares actuales).
Uno de los principales encargados del proyecto, Nic Fulcher, explicó que no han querido recrear la casa porque no tenían referencias claras de cómo era, puesto que el edificio fue derribado en 1759 por el propietario de entonces que estaba harto de recibir turistas. A partir del 1 de julio, los visitantes podrán pisar el suelo de esta finca construida a finales del siglo XV y que el Bardo de Avon compró en 1597, además de poder contemplar las mismas vistas que veía Shakespeare cada mañana: la capilla Guild y Hotel The Falcon, edificios que han permanecido intactos todos estos años.
La fundación dispuso seis millones de libras (8,6 millones de dólares) para replantar con árboles como moreras y con flores y especias mencionadas en obras de Shakespeare lo que quedó del jardín. Dentro de este sinuoso espacio se encuentra un círculo de arbustos, que tiene en su corazón un escritorio y una escultura de bronce en forma de árbol de cinco metros de altura (His Mind’s Eye), que evoca la imaginación y el poder de Shakespeare.