En 20 días, los sicarios asesinaron a tres integrantes de la misma familia. Los cadáveres de las últimas víctimas, Olimpíades (55), y Gustavo (56) Paz Bracho, los hallaron en Los Puertos. La Policía presume que todos se le relacionaban con las bandas que azotan la Costa Oriental del Lago. Indagan qué papel desempeñaban dentro de las organizaciones criminales
La mafia enluta por partida doble y por segunda vez en 20 días a la familia Paz Bracho, residentes del sector Sabaneta de Los Puertos de Altagracia, municipio Miranda. A los hermanos Olimpíades Segundo (55) y Gustavo Enrique (56) los acribillaron y lanzaron sus cadáveres en la parroquia San José.
Los funcionarios del Eje de Homicidios de la Policía científica explicaron que a los hermanos los abordaron sus verdugos en una calle y se los llevaron, el pasado martes a las 6.30 de la tarde, a la fuerza para asesinarlos. Primero hirieron fue a Gustavo, quien se desangró en el sector La Cruz. A su pariente lo mataron en el sector El Palo, a unos cuantos kilómetros.
Los vecinos que hallaron los cuerpos desconocían que eran dos las víctimas y que estaban en sectores colindantes.
"Detrás de este caso están los sublíderes de las bandas criminales que operan en la Costa Oriental del Lago, dedicadas al sicariato, a la extorsión y al negocio ilícito del buche de corvina", detalló un oficial.
En cadena
El primer ataque contra los Paz Bracho lo ejecutaron, el 21 de junio, dos motorizados. Dispararon contra Jorge Enrique, el menor de los hermanos, cuando se desplazaba en un Neón, verde, por el sector 5 de Julio, municipio Santa Rita, en compañía de Katherine Chiquinquirá Scandela Argüello, de 20 años.
La joven sobrevivió, pero falleció 24 horas después en el Hospital General del Sur. Durante su entierro, en el cementerio municipal de Los Puertos, acribillaron a su marido, Deivis Garrillo Luzardo, de 23 años.
Los policías presumieron en un primer momento que Scandela era una víctima colateral en el asesinato de Paz. Sus conocidos alegaron que viajaba hacia Maracaibo para defender su tesis de grado y le pidió la cola al comerciante. Tras el asesinato de su marido, las investigaciones tomaron otro rumbo y se desplomó la primera versión. Se presume que una guerra interna en una de las bandas criminales de la zona, podría ser la causante y que sus compinches los mataron.