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Con un tiro en la cabeza hallaron el cuerpo de Roberto Antonio Valbuena Prieto (24) en la acera del edificio Araucano II, en el conjunto residencial El Pinar.
Un amigo avisó ayer, a las 4.00 de la mañana, a la madre de la víctima. Al enterarse, la familia salió hasta el lugar. Al llegar tropezaron con el cuerpo del joven, quien vestía franela roja, jean negro y calzado negro. El teléfono celular y la cartera aún permanecían en los bolsillos del pantalón.
Los vecinos explicaron que en la madrugada escucharon las detonaciones, al parecer lo llevaban sometido en un carro y al bajarlo le dispararon. No lograron ver los homicidas, porque la oscuridad de la zona. Cuando decidieron bajar de sus apartamentos, encontraron a Roberto muerto. Llamaron a la Policía, pero la comisión tardó dos horas en llegar al sector.
Una patrulla de la Policía Nacional Bolivariana se apersonó y apartó a los familiares del cuerpo, el cual yacía con una sábana amarilla encima. Luego los expertos de la Policía científica inspeccionaron el terreno en busca de evidencias e interrogaron a los testigos.
Katy Valbuena, hermana de Roberto, recordó el último itinerario de su pariente. Visitó a un hermano en el barrio Limpia Norte, tres horas más tarde salió a casa de su novia en el barrio Negro Primero, municipio San Francisco. Desde entonces, no se supo de él. Presuntamente la pareja se había quedado dormida mientras veían televisión y no se percató la hora en que el muchacho se marchó.
El móvil que maneja la Policía es la venganza. Presumen que el hombre tuvo una discusión con unos desconocidos antes de su muerte.
Sin enemigos
Roberto no tenía enemigos, aseguró la familia. Era electricista automotriz y padre de tres pequeños. Residía junto a su madre en el barrio Lomas del Perú.
“La única pelea que tuvo fue con su exesposa el mes pasado, ella lo denunció en el CICPC, pero eso quedó así”, explico Katy Valbuena, mientras esperaba la furgoneta en la morgue.