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La monumental clase de democracia expuesta por el pueblo venezolano el pasado domingo 6-D, al desalojar a la marabunta revolucionaria del poder omnímodo que había mantenido en esa institución fundamental del sistema democrático como es la Asamblea Nacional, no tiene otra lectura que la simple paliza recibida por Nicolás Maduro en esos comicios, porque Venezuela votó contra la incuria de su gobierno, contra la inflación y el hambre, contra las colas del desabastecimiento, contra el Estado de sitio al que nos tiene sometido la delincuencia desbordada, contra la corrupción y contra los usos y abusos de un régimen que, sencillamente, quebró al país.
Que quede claro que salvo algunas candidaturas que se convirtieron en emblemáticas y el pueblo las identificó claramente, la gran mayoría de los triunfadores de ese glorioso e histórico día, no llegaron por específico peso propio, sino por el deseo vehemente del pueblo venezolano de sacudirse un nefasto régimen que al cabo de 17 años no deja más que ruinas, destrucción del aparato productivo del país y serias lesiones a la institucionalidad democrática, al colocar a las entidades que la conforman al servicio de los intereses personalistas de Hugo Chávez, en primer término, y luego Nicolás Maduro.
El pueblo venezolano votó claramente por el cambio que representaban los candidatos de la Mesa de la Unidad Democrática, para darle un golpe de timón a la AN, porque sabe que de allí saldrá la activación de un procedimiento constitucional que permite retirarle la confianza, destituyéndole en libres comicios, al ciudadano sobre quien depositó su confianza para dirigir los destinos del país.
No se le ocurra a la nueva diputación de la AN que llegado el mes de abril, cuando se cumple el tercer año del mandato de Nicolás Maduro, olvidar que tienen que iniciar todas las acciones legales que lleven a la activación del revocatorio de Maduro, que los venezolanos votaron por el cambio, pero ese cambio no se puede operar si Maduro y todo lo que representa, no es revocado en su mandato.
Pueden tener la seguridad que el día que sea fijado finalmente para la realización del revocatorio, más del 90 por ciento de los electores inscritos en el Registro Electoral, le dirán a Maduro que se vaya.