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Durante las noches de plenilunio es posible recorrer la pasarela de la Garganta del Diablo y observar un espectáculo tan deslumbrante como único: el nítido arco iris que se forma por la luz de la luna, posado en la refrescante bruma de las Cataratas del Iguazú.
En realidad la magia comienza cuando el visitante llega al Parque Nacional Iguazú. Luego de ser recibido por la Administración de Parques Nacionales, es llevado al tren ecológico, para recorrer sus vías hasta la Estación Garganta.
Durante el trayecto, que dura 20 minutos, la selva comienza a regalar sus sonidos y a revelar sus misterios. Esta singular opción es una buena propuesta para obtener una nueva perspectiva de este Patrimonio Natural de la Humanidad.
Hay un tiempo limitado para entrar y para salir de la pasarela de mil metros de largo, pero el lapso es suficiente como para dejarse encantar por el inédito espectáculo.
Estar parado frente al magnífico salto, con el aditivo extra de la luna llena, es una experiencia inolvidable. El clima que se genera es sumamente romántico.