Hasta ahora, el equipo de Lionel Messi fue más que sus rivales pero falló en la definición. Sus cuatro rivales anteriores salieron a la cancha a la defensiva, asumiéndose inferiores con cerrados dispositivos tácticos, mientras los Albicelestes manejaron el balón casi a voluntad y generaron acciones de riesgo con bastante asiduidad
Dista mucho de ser una máquina de convertir goles, pero sí de errarlos. Si Argentina plasmara apenas la mitad de tantos que genera, su tránsito por la Copa América hubiese sido más apacible y sin necesidades de sufrir tanto para acceder a las semifinales.
Hasta ahora, el equipo de Lionel Messi fue más que sus rivales pero falló en la definición. Sus cuatro rivales anteriores salieron a la cancha a la defensiva, asumiéndose inferiores con cerrados dispositivos tácticos, mientras los Albicelestes manejaron el balón casi a voluntad y generaron acciones de riesgo con bastante asiduidad. Pero la pelota no entró en la cantidad buscada, ya sea por apariciones fortuitas de algún defensor o por apariciones milagrosas de un arquero.
Messi, un terrible depredador de redes con el Barcelona, apenas marcó un gol, y de penal, mientras Sergio Agüero tiene dos y Gonzalo Higuaín uno. Cuatro goles en otros tantos partidos es una magra cosecha para un plantel que tiene artilleros de la talla de ese trío, más otros como Ezequiel Lavezzi y Carlos Tevez.
"Es terrible lo que me cuesta hacer un gol con la selección'', reconoció Messi, quien con 46 anotaciones en 101 partidos es el segundo máximo cañonero de Argentina detrás de Gabriel Batistuta (56).
El técnico argentino Gerardo Martino reconoció que Argentina no es contundente en la puntada final.
"Nos cuesta ganar porque fallamos en la definición, pero en la búsqueda del orden y la posesión estamos bien'', indicó Martino. "Ahora todo lo que viene es difícil porque nos ha tocado una Copa América muy complicada, pero tenemos un grupo excepcional por juego y coraje''.