
Cinco
De un escopetazo mataron a Jhon Jairo Torres, de 33 años, en la casa de su suegra, en el barrio 12 de Marzo, parroquia Venancio Pulgar, al oeste de Maracaibo.
Recostada a una pared de la morgue forense, Silmary Benítez, suegra de la víctima, recordó cómo un grupo comando ingresó, el pasado sábado a las 4.00 de la tarde, en su residencia. Su yerno estaba acostado. Los cinco desconocidos nos sometieron a todos con sus armas, entraron violentamente a la habitación y uno de ellos lo apuntó.
"Le pedían dinero. Cada vez que él respondía que no tenía lo golpeaban. Lo torturaron brutalmente hasta que el que sostenía la escopeta le disparó una sola vez. Luego se fueron a pie con la cédula de identidad, una tarjeta de débito y los celular de mis hijos”.
La familia ayudó al minero lo más rápido que pudo. Lo montó en un carro y lo ingresó en la emergencia del Centro de Diagnóstico Integral La Plateja. Los médicos de guardia solo confirmaron su deceso.
"Lo picharon"
"Los delincuentes creían que manejaba mucho dinero. Creemos que alguien lo pichó debido a su empleo", explicó Benítez, mientras aseguraba que su nuero había regresado el pasado viernes de Santa Elena de Uairén, estado Bolívar, donde trabajaba como minero.
A Torres lo describieron como muy tranquilo, trabajador y durante el tiempo de relación con los Benítez nunca conocieron que tuviese problemas.
Una comisión de la Policía científica se acercó al centro de salud, retiró el cadáver y lo trasladó a la morgue. Los detectives se dirigieron a la barrida para iniciar las investigaciones, tomar las primeras muestras de la escena del crimen e interrogar al resto de los testigos y a los vecinos. Se desconocía en qué vehículo se movilizaban los delincuentes y sus características físicas. Por ahora no se descartan móviles.