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En pocos días el gobierno de Nicolás Maduro, está a punto de recibir una derrota que demostrará nuevamente que ha perdido el apoyo popular, y que la alternativa democrática representa a la mayoría de los ciudadanos. Pero esa derrota puede ser amortiguada si los electores no acuden masivamente a la cita comicial, dando espacios al chavismo que en condiciones normales no obtendría.
La contundencia del fracaso de Maduro en estas elecciones, está relacionado de una forma directamente proporcional a la participación de los ciudadanos en las urnas. Todas las encuestas coinciden en que mientras mayor sea el número de electores, más gobernaciones conquistará la Unidad, en consecuencia los llamados a la abstención benefician al Gobierno. Que en un escenario de baja votación puede demostrar una fuerza que no posee en la sociedad.
Los cuatro meses de protesta, donde jóvenes, héroes de la libertad perdieron sus vidas, buscaban justamente elecciones, para arrebatar el poder de las manos que sumergieron a Venezuela en la hambruna. Desperdiciar la oportunidad de desplazar de sus puestos a los cómplices de Maduro en las regiones, a quienes por acción u omisión contribuyeron a la represión del pueblo, sería romper la esencia de la protesta.
Tenemos la oportunidad histórica de desmontar la narrativa impuesta en el mundo, que Venezuela es un país fracturado, con dos bandos que pugnan por el poder. Debemos exponer al madurismo como lo que es, un régimen autoritario, que gobierna de espaldas a la mayoría de la población, y se aferra al poder en contra de la voluntad popular.
Mostrar la minusvalía de Maduro en apoyo popular, y que estas elecciones reflejen el nivel de rechazo que sentimos los venezolanos por el actual Gobierno, solo se logrará con una gran nivel de participación en las elecciones. En un escenario donde las voces abstencionistas se impongan, le daremos una legitimidad a Maduro que no merece, podrá proclamar que gran parte de la población lo respalda, a pesar de no ser cierto.
Muchos de los voceros del abstencionismo, lanzan sus argumentos equivocadamente, pero con la convicción de que están en lo cierto, pero muchos de ellos son financiados y auspiciados por el Gobierno. Se disfrazan de radicales opositores, como lo hizo Hermann Escarrá, que también era vocero de la abstención, y en el fondo era ficha de Maduro. No te dejes engañar, contribuye con el rescate de Venezuela y castiga a los cómplices de Maduro con tu voto.