Rubén Ibarra intentó ayudar al ver el accidente y fue arrollado, falleció al poco tiempo de su ingreso en el General del Sur. Juvenil de Jesús Oquendo quedó muerto en el pavimento. Raquel Estorey, su hija y dos nietos de 16 y 14 años, resultaron heridos
El tráfico colapsó en la C-1, cerca del distribuidor Santa Clara. El cuerpo de Juvenil de Jesús Oquendo (68) yacía en el pavimento en medio de dos patrullas. Los oficiales de la Policía Nacional Bolivariana controlaban los autos que pasaban, mientras una grúa remolcaba el Mazda 3 azul, placa AC927DE.
Rubén Ibarra intentó ayudar al ver el accidente y fue arrollado, falleció al poco tiempo de su ingreso en el Hospital General del Sur. Raquel Estorey, su hija y dos nietos de 16 y 14 años, quedaron heridos.
“Solo escuchamos el golpe y luego vimos cómo el carro se salió de la carretera”, dijo una de las curiosas. Los vecinos murmuraban entre ellos, recordando lo ocurrido, detallaron que el Mazda iba por el canal central, detrás de una van del transporte público.
Al parecer el chofer de tráfico se detuvo de repente y Oquendo lo impactó por detrás. Perdió el control y se salió de la vía, cayó a una cañada. “Lo detuvieron los árboles”, exclamó un curioso.
Al salir a ayudar a los heridos, Ibarra fue impactado por un vehículo que se desplazaba por la autopista. La comunidad avisó a los oficiales, y llegaron los bomberos de Maracaibo y ambulancias, “nosotros los sacamos del carro mientras llegaba la ayuda, pero el señor murió antes de poder auxiliarlo”. A todos los trasladaron al Hospital General del Sur, allí los médicos los atendieron, pero Ibarra no soportó las heridas de los golpes y murió.
