Cómo asumir la derrota el 7-D

No hay una sola encuesta seria que indique una ventaja del oficialismo sobre la Unidad Democrática; a pesar de las presiones sobre los funcionarios públicos

Todo parece indicar que el régimen de Maduro, el Psuv, Diosdado Cabello y el combo completo del poder revolucionario, recibirán una fuerte derrota en las elecciones parlamentarias de Venezuela el próximo 6-D. No hay una sola encuesta seria que indique una ventaja del oficialismo sobre la Unidad Democrática; a pesar de las presiones sobre los funcionarios públicos, la manipulación y el engaño sobre las clases marginales y el abuso oficial sobre los medios de comunicación. 

A una semana de las elecciones, una postergación de la jornada electoral del 6-D luce inviable por la presión internacional y el reciente ejemplo de Argentina que fue a unas elecciones presidenciales con una clara derrota anticipada. Maduro y el régimen pueden asumir la postura “Bernal”, es decir aceptar la mayoría de la oposición de manera resignada y natural. Esto solo sería viable si para el cierre de las urnas, ya las presiones internas  de las  fuerzas militares institucionales, han hecho un trabajo en la sala situacional de Miraflores; como la hicieron con Chávez para que reconociera la derrota en el Referéndum constitucional y porque se habrán dado de la apatía de sus seguidores para acompañarlos a una aventura de pocas emociones y resultados. 

La otra modalidad de aceptación el 7-D es la derrota negociada, por medio del cual se convenga con la oposición la aceptación de los resultados, a cambio de que no sean impugnadas posiciones claves para el oficialismo o territorios claves y legendarios como Barinas, el curul de Cilia Flores, el número de votos de Diosdado Cabello,  para el caso que en esos circuitos, exista poca diferencia numérica. 

Otro escenario es que el oficialismo, ante una derrota no aceptada, provoque durante la jornada electoral o posterior a esta, situaciones de violencia en los centros electorales, impidiendo la verificación del conteo de papeletas, las auditorías o la retención y posterior destrucción de cuadernos electorales, desconociendo a la final, la verdadera realidad de las elecciones.Se impone un estado de alerta. 

El principio del fin de la revolución, está en el horizonte. Pero hay que empujar el sol, sabiamente. Espero que mi próximo artículo, sea “Cómo Asumir la Victoria del 7-D”, orientado a hacer un análisis de las acciones políticas de la unidad opositora durante el período parlamentario que se iniciará el 2016. 

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