Hay desespero en Miraflores, el país está al borde de un cataclismo social, el Gobierno solo coloca pañitos calientes a una septicemia económica, política y social, cuya única cura es una nueva dirigencia nacional, regional y local que corrija el rumbo
Como en toda propaganda chavista que promociona histórico desarrollo e inédito crecimiento la realidad se impone, el mejor ejemplo es el “Bolívar Fuerte” que, por transformar la economía venezolana en una de tipo comunistoide, hoy es una de las monedas más débiles del planeta, a pesar de ser uno de los países con más recursos y riquezas naturales.
Dentro del universo en expansión de enajenación (ante las angustias del pueblo) e improvisación, ahora debemos sumar la “Criptomoneda” anunciada por Maduro, de nombre “Petro”, a fin de intentar una escapada al inevitable dólar y al asesinado Bolívar.
La razón de este tipo de herramientas monetarias (criptomonedas) es el anhelo de los usuarios a la conversión final por monedas reales como el mismo dólar, euro o valor canjeable por bienes, servicios o productos. ¡Eso sí! para que las personas apuesten a ellas debe existir confianza, las ciber empresas que han tenido éxito son sólidas, gozan de confianza y estabilidad, se ajustan a las leyes internacionales que regulan la materia. Entre estas monedas nos encontramos con: Bitcoin, Litecoin, Ether, Dash, Deeponion, entre otras.
Así, Maduro podrá intentar crear otra moneda paralela. Ya el Gobierno lo había intentado con el fracasado “Sucre”, sin embargo, el problema real es uno solo: La confianza. Intenta hacer del “Petro” una moneda real, basada en las infinitas riquezas de la nación lo cual no pudo hacer con el Bolívar, paradójicamente lo intentará con la misma receta, con el Plan de la Patria, y con los mismos protagonistas; es decir, otra medida que desde su comienzo ya avizora otro ejemplificante fracaso.
De cara a las municipales el Gobierno redobló su populismo, entregando bonos, perniles, cajas de comida y pare de contar. Intenta aprovechar el espejismo del “triunfo” obtenido en las regionales para preparar el terreno de cara a la elección presidencial; creemos que antes de abril la convocarán. Sin embargo, el Gobierno conoce su crítica condición, por eso amenaza con no realizar las presidenciales, a cambio de que la comunidad internacional levante las sanciones ocasionadas por la ruptura del hilo democrático y constitucional.
Hay desespero en Miraflores, el país está al borde de un cataclismo social, el gobierno solo coloca pañitos calientes a una septicemia económica, política y social cuya única cura es una nueva dirigencia nacional, regional y local que corrija el rumbo