Cuando la Ley no alcanza

El muro de contención ante tanta “ambigüedad moral”, en la que la periodista húngara puede pensar que ella solo estaba colaborando con el cumplimiento de la Ley

Esta semana la periodista Petra Laszlo se encontraba en la frontera de su país (Hungría) cubriendo la situación de los refugiados sirios que intentaban cruzar la frontera de manera ilegal, viendo que algunos de ellos huían de las autoridades optó por “patear” a un par de ellos (incluyendo una niña) y poner una “zancadilla” a un señor que llevaba en sus brazos un niño. Ya Laszlo fue despedida de la cadena para la que trabajaba, y se pudiera enfrentar a una demanda y posterior condena a nueve años de prisión por agresión.

En Perú, mientras tanto, Cecilia García Rodríguez, una mujer “indignada por la inseguridad” (aunque también “experta en comunicación política vinculada al fujimorismo” y quien pudiera tener aspiraciones a postularse al Congreso de ese país), ha lanzado una campaña denominada “Chapa tu choro”. Esta “iniciativa” invita a los ciudadanos a capturar delincuentes y “castigarlos”, para ello se vale de frases como “Ratero, si te agarramos, no vas a ir a la Comisaría, te vamos a linchar” o “Chapa tu choro y déjalo paralítico”. Ya en una localidad un grupo de vecinos se organizó para vigilar, se han puesto como nombre “Los Caballeros de la noche” (sí, como Batman).

El muro de contención ante tanta “ambigüedad moral”, en la que la periodista húngara puede pensar que ella solo estaba colaborando con el cumplimiento de la Ley o los vecinos que deciden castigar a los delincuentes porque la Ley falla, es sin duda la propia Ley. Pero la aplicación de ésta para que realmente funcione requiere de un elemento de fondo que a la vez es muy escurridizo, la percepción de Justicia. Y es en ese punto en el que realmente al final desemboca el tema moral.

El Estado venezolano sabía de la “flexibilidad” con la que se trataba el tema fronterizo, incluyendo decenas de miles de colombianos haciendo vida en Venezuela (de la misma manera como Estados Unidos sabe y acepta de manera tácita a decenas de miles de indocumentados). El problema de “justicia” se da cuando por una situación determinada se decide “aplicar la Ley”, sin atenuantes ni contextualizándola. Y es aquí donde las opiniones personales se enfrentan a unas y otras, pero aún a riesgo de tratar de imponer una posición personal sobre los demás se debe decir que: es inmoral que un niño muera ahogado al no poder huir de la guerra por un trámite burocrático; es inmoral que una periodista golpee a otros y decida que los horrores de los que huyen los refugiados no son suficientes para dejarlos atravesar una frontera imaginaria; es inmoral que por una disputa política se decida sacar a la fuerza a centenares de colombianos que habían encontrado refugio en Venezuela.

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