Consideramos que Venezuela no está sola y que debe haber estrategas muy valiosos con nosotros, pensando en las acciones que impidan o neutralicen los posibles avances que beneficien al régimen, y que ya habrán dispuesto las medidas conducentes para que eso no ocurra
“El complejo de Prometeo es la situación de conflicto existencial no resuelto por el ser humano y la cual es sustituida por un estado anímico alterado por el miedo y caracterizada por grados variables de ansiedad y angustia que al permanecer sin solución pueden alcanzar un grado último de desesperación”. Alfonso Ávila Mayor
Hay dos grandes líneas estratégicas que están claras. La del régimen que busca a cualquier costo mantenerse en el poder, mientras logra una salida conveniente que satisfaga a sus dirigentes en términos de garantía del resguardo de sus vidas, el disfrute del botín arrancado a todos los venezolanos, y seguir activos en su política de odio y destrucción. La otra, la de la Alianza Democrática que se propone el cese de la usurpación, que supone un cambio de Gobierno y de rumbo, un Gobierno de transición que estabilice el funcionamiento institucional, y mediante elecciones libres, se defina el futuro del país. El elemento vital que garantiza esa estrategia, es la unidad de los factores, sectores y actores, que por formación y por convicción, somos amantes de la libertad y la democracia.
El régimen, como paso táctico, propone nuevamente un diálogo engañoso que les permita llegar hasta fin de año, confiando en el desgaste del liderazgo de Juan Guaidó, para lo cual cuenta con recursos, aliados declarados y tartufos de la práctica inmoral de la política. Esperan que la nueva directiva que debe ser electa para comenzar su período el 5 de enero del año 2020, sacará a Guaidó del escenario, para que así tengamos que reiniciar el proceso de reconocimiento al nuevo Presidente de la Asamblea Nacional como encargado de la Presidencia de la República, lo que no será muy fácil si eso ocurriera. Tal insensatez no ocurrirá, sin embargo, esa discusión debe darse con antelación y estar clarísimos en la próxima jugada en el complejo tablero del ajedrez político, tanto a lo interno como en el plano internacional.
El mundo democrático sabe que la invasión consentida de Venezuela por Cuba, Rusia, China e Irán, así como las fuerzas del narcotráfico y del terrorismo internacional, no permitirán elecciones justas en Venezuela y que la crisis por la que atravesamos no sólo nos perjudica a nosotros, sino que es un factor que desestabiliza la región. Si bien la ruta estratégica está bien precisada, las condiciones para que ocurra lo allí planteado requiere de movimientos tácticos que fortalezcan nuestra posición. Para ello se requiere mayor y más decidido apoyo internacional y evitar que la táctica del entretenimiento nos debilite.
Consideramos que Venezuela no está sola y que debe haber estrategas muy valiosos con nosotros, pensando en las acciones que impidan o neutralicen los posibles avances que beneficien al régimen, y que ya habrán dispuesto las medidas conducentes para que eso no ocurra. Los analistas y activistas políticos lo podemos entender, no así el pueblo diezmado por las medidas hambreadoras e inescrupulosas de las bandas de delincuentes en el poder,
A medida que el tiempo transcurre, se debilita la esperanza y la fe en nuestros dirigentes y en la democracia como sistema, lo cual es muy grave, así como su salud y su entusiasmo para la lucha, que no deja de serlo. Son necesarias acciones más contundentes que acaben con la diablocracia y reanimen a la población antes que Prometeo haga estragos.