Nicolás
El Gobierno continúa embarcado en el juego malévolo del engaño al pretender hacer creer su disposición para impulsar los cambios que demanda el país y en los que no cree y ni siquiera los tiene en sus planes. Nicolás Maduro está enredado en su propia trampa y no tiene salidas. Ordenó a sus ministros de la Economía no asistir a la comisión especial que estudiaba el decreto de emergencia propuesto por él, los cuales debían explicar los alcances y efectos del mismo de modo que la comisión de la AN pudiera completar las comparecencias y emitir el informe que le diese el visto bueno al referido decreto.
Dicha decisión fue un acto de provocación para la mayoría de AN por cuanto la no asistencia de los ministros colocaba el estudio del decreto en campo muerto, obstaculizando con ello el contenido del informe final. En vista de eso la AN decidió negar la aprobación al decreto presidencial, provocando como era natural la reacción ya esperada por la opinión pública, de una declaración de guerra y exterminio contra la AN por parte del Gobierno, el que por un lado pide diálogo y anuncia propósitos de enmiendas y por otro impulsa las condiciones para que se produzca un enfrentamiento entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, donde las consecuencias para el país pareciera que Nicolás Maduro no ha calculado bien y las que en todo caso cualquiera que sea la situación que origine nunca serán favorables, ni para él y menos para su Gobierno.
Estamos a las puertas de declararnos como país en situación de impagos de nuestros compromisos internacionales. Se estima que la inflación real para el presente año llegará al 700 %. Los precios del petróleo pueden caer y llegar hasta menos de 10 dólares barril. La recaudación interna impositiva no alcanzará para cubrir la nómina del Estado y el gasto social. Las reservas internacionales llegarán a su nivel más bajo y la devaluación del bolívar se tornará en una epidemia crónica del día a día.
Habrá desempleo, aumentará los escasez de alimentos, medicinas y la pobreza irá desbastando a la familia venezolana; la capacidad de compra del ciudadano caerá sin detenerse. Nos espera una hambruna y super crisis de salud y donde los servicios eléctricos y de agua se desplomarán. Ante ese cuadro si Maduro quiere evitar su caída debe entenderse con la AN, de no ser así llegará al final de su derrota de la que es el único dueño.