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El Gobierno de Estados Unidos alertó ayer del “empeoramiento” de la situación humanitaria en la frontera entre Colombia y Venezuela, cerrada desde hace 11 días, y subrayó la importancia de que se atiendan “las necesidades inmediatas de los deportados o desplazados”.
John Kirby, portavoz del Departamento de Estado de EEUU, señaló en un comunicado su “preocupación” por la crisis fronteriza entre ambos países, que ha llevado ya a más de ocho mil 250 colombianos, entre deportados y ciudadanos que se han marchado voluntariamente, a salir de Venezuela, según datos del Gobierno de Colombia.
De acuerdo con Kirby, Estados Unidos reconoce la importancia de proteger la frontera y de garantizar una migración “segura y ordenada”, pero a la vez cree que las deportaciones “deben llevarse a cabo de conformidad con el derecho internacional, el respeto de los derechos humanos de todos los involucrados y en coordinación con el país receptor”.