También
Hoy, 19 de septiembre, se reinician las actividades en la Universidad del Zulia, luego del período vacacional de agosto. En este nuevo comienzo tenemos que hacernos el propósito de acentuar la lucha por el rescate del menguado ejercicio de la autonomía. Tomar consciencia de nuestros propios problemas, debilidades y errores cometidos para buscarle solución, superarlos y corregirlos mediante la movilización de los diferentes sectores que conviven en su seno. Dejar de lado mezquinos intereses personales o grupales, sectarismos y ambiciones subalternas. Hoy día, la universidad tiene graves problemas que requieren de la unión del personal y estudiantes en la búsqueda del objetivo superior institucional.
Algunas personas cuestionan la seguridad en esos días por la actuación impune del hampa. Es una situación que desborda cualquier planificación pues la libre creación y difusión de las ideas se da en el contexto de una sociedad anómica y sitiada por la delincuencia. En ese sentido, es difícil que la Universidad del Zulia (LUZ) permanezca aislada en una especie de burbuja. Sin embargo, coadyuva al desasosiego institucional la inefectividad de las fuerzas del orden público en el control y represión de los criminales, y su descoordinación con los oficiales de seguridad de LUZ.
Creo que la solución a este problema pasa por la revisión de las políticas públicas de seguridad para establecer estrategias permanentes que devuelvan la tranquilidad a las personas que hacen vida en nuestra universidad. También juega un papel fundamental el diálogo universidad-comunidad para que esta tenga una mayor identificación con la universidad. La sientan suya. La vuelta a los valores que hicieron posible su fundación y reapertura, más por el empeño de los zulianos que por la convicción del poder central. Hasta ahora esa simbiosis es muy débil. Hay esfuerzos aislados pero no son suficientes al no ser parte de una política institucional.
Un diálogo que también ha de darse al interior de la institución, pues por encima de todo LUZ es una comunidad donde prevalece la libertad y la vocación por la búsqueda de conocimientos y su difusión, el ejercicio de la crítica, que se desarrolla aún en las condiciones más adversas. El propósito es transformar a LUZ en un espacio con mayor responsabilidad social, acorde con la realidad de un país cambiante.