Al ser una ciudad puerto y que está próxima a cumplir 488 años de fundada, se pueden ver imponentes edificaciones que demuestran la evolución del tiempo, sin dejar la esencia de esa Maracaibo colonial, como evidencia la colorida Calle Carabobo en el centro de la ciudad con sus grandes casas
La ciudad de Maracaibo, posee varios estilos en arquitectura que demuestran la influencia de algunas culturas y hacen únicas las edificaciones existentes hoy día.
Entre las obras arquitectónicas de la ciudad encontramos elementos del Art Nouveau y el Art Deco, por la gran influencia europea de los conquistadores. Basta mencionar que el arquitecto que remodeló el Teatro Baralt, era de origen belga.
Con la aparición del “oro negro”, aquellas viejas edificaciones fueron reemplazadas por obras emblemáticas, que dejaran en evidencia la bonanza del petróleo.
Así apareció el Teatro Baralt, el Mercado Principal de Maracaibo (hoy Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez), la Colonia Las Delicias (edificio Las Laras) que era la sede de la compañía petrolera Caribbean Shell, entre otros.
Es importante destacar que a pesar que es la capital de una región indígena, Maracaibo solo cuenta en su arquitectura urbanística con los palafitos de Santa Rosa de Agua, cuya construcción es post-colonial y aún se conservan como muestra de la arquitectura indígena.
Al ser una ciudad puerto y que está próxima a cumplir 488 años de fundada, se pueden ver imponentes edificaciones que demuestran la evolución del tiempo, sin dejar la esencia de esa Maracaibo colonial, como evidencia la colorida Calle Carabobo en el centro de la ciudad con sus grandes casas.
Sin embargo, se necesitan desarrollos urbanos integrales porque la falta de viviendas, más que un problema técnico hoy día, es un problema social de la Venezuela contemporánea.
Nuestro país tiene los recursos y materias primas; el financiamiento y sobre todo cuenta con profesionales preparados, con conocimientos y experiencias para generar respuestas al desarrollo urbano y rural de cada región.
Muestra de ello es la profesora Carla Urbina, de nuestra Facultad de Arquitectura y Diseño (FAD) quien obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura 2017 junto a la profesora María Villalobos, por el trabajo Paisajes urbanos botánicos en Maracaibo como escuelas vivas: lecciones desde el jardín botánico de Roberto Burle Marx.
Un trabajo de investigación que se centra en el plan de rehabilitación del Jardín Botánico de Maracaibo el cual estuvo 20 años en completo abandono y que además perfila a la “tierra del sol amada” como una “ciudad botánica” donde se pueda caminar entre árboles frondosos.
Quizás esto no quede en un simple proyecto y muy pronto se haga realidad. Trabajar con visión de futuro en el desarrollo urbano de la ciudad debe ser un compromiso para la Maracaibo que anhelamos.
 
	