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Comenzamos hoy un compromiso democrático, para no tener que lamentar más tarde lo que no supimos defender. El mañana dependía de cómo iniciáramos este proceso de cambio.
El manifiesto de la Toma de Caracas es explícito, lo vivido en Caracas y muchas otras ciudades de Venezuela muestra un pueblo, que en forma multitudinaria manifestó su voluntad pacífica de cambio.
Lo que sucedió el 1-S fue el principio del fin del oscurantismo, el final de un período sombrío donde los espacios democráticos se encontraban disminuidos, donde nuestra libertad dependía de la voluntad de los Castro y sus esbirros.
Hoy, el día después, tenemos claro hacia dónde vamos, comprendemos que todavía nos falta un trecho arduo por recorrer, que el camino es difícil y lleno de trampas, entendemos que todavía hay golpes por sufrir y lágrimas que verter. Pero sabemos con certeza que nada ni nadie nos detendrá.
Le aclaramos a un sector de las Fuerzas Armadas, que ellos tienen un deber con la patria y que representan la garantía democrática de Venezuela y no de una ideología política. La MUD también ha enfatizado este punto, “Luchamos por una Venezuela en que la FAN, apegada a su misión constitucional y a su condición de institución sin militancia partidista, sea respetada y querida por todo el país”.
A pesar del bloqueo informativo, el mundo sabe que la nación se ha puesto de pie, determinada a recuperar su futuro; un espacio común donde la nación entera pueda vivir en paz. El 1-S el pueblo afirmó que quiere opinar, quiere decirle a Maduro, que perdió su respaldo y prefiere que se vaya. Lo que no pudo destruir la cárcel, las expropiaciones, el exilio, las amenazas y el hambre, lo que late en el corazón de cada ciudadano, se erige ante ellos con la fuera necesaria para corregir el rumbo y exigir justicia.
La oposición democrática tiene ahora una responsabilidad fundamental, la MUD lo ha dicho, se ha iniciado la etapa definitiva de la lucha, de ahora en adelante la movilización debe continuar, pacífica, pero sin descanso.
El pueblo va con todo, contra los cínicos del chavismo, quienes después de 17 años de saqueo al país continúan haciendo promesas. Maduro y su gobierno son los enemigos, queremos revocatorio para acabar con la escasez y para que se vuelva a invertir en Venezuela. Queremos que Maduro se vaya sin provocar un enfrentamiento sangriento. Queremos rescatar el imperio de la ley, el respeto a nuestros valores familiares, sociales y morales
Necesitamos que hombres y mujeres de buena voluntad, unidos comencemos a reconstruir el país. Porque, parafraseando a Gandhi, cada uno debe ser parte integrante del cambio que desea ver en el mundo y en su país.