Según
Se realizó experimentos con humanos los científicos en dondeanalizó la flora intestinal de los participantes adultos que realizaban tres ejercicios cardiovasculares de 30 a 60 minutos tres veces a la semana, a lo largo de seis semanas.
Elresultado de esos entrenamientos fue que en el intestino de los participantes aumentó la cantidad de ácidos grasos de cadena corta (AGCC, o SCFA, por sus siglas en inglés), en particular del butirato. Tras regresar al estilo de vida sedentario, las cantidades de AGCC en el intestino se redujeron de nuevo.
El butirato es un ácido graso que estimula el crecimiento de las células intestinales sanas, reduce la inflamación y genera energía para el organismo. Es también capaz de reforzar el sistema inmunológico humano, según un estudio de científicos japoneses del año 2016.
El otro experimento, en animales, también demostró que el ejercicio físico estimula la salud intestinal. Los científicos trasplantaron a ratones con intestinos estériles muestras de microbiota fecal de roedores con altos y bajos niveles de actividad física. En los ratones que recibieron microorganismos de ratones físicamente activos se observó una mejora de la salud intestinal.