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El embarazo provoca cambios en la morfología del cerebro de la mujer, que pueden mantenerse hasta dos años después del parto y están asociados a la adaptación de la madre para atender más eficientemente las necesidades del bebé.
Los investigadores sabían que el embarazo implica cambios hormonales radicales y adaptaciones biológicas, pero los efectos detectados en el cerebro, por científicos del español Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), eran todavía desconocidos.
El estudio, que publica hoy la revista Nature Neuroscience, comparó la estructura del cerebro de las mujeres antes y después de su primer embarazo y demostró, por primera vez, que la gestación implica cambios que se mantienen a largo plazo, al menos hasta dos años después del parto, en la morfología del cerebro de la madre.
Mediante el análisis de imágenes de resonancia magnética, los científicos observaron cómo en las mujeres que viven su primer embarazo se reduce el volumen de la materia gris en regiones implicadas en las relaciones sociales.
Parte de estas regiones se activan cuando la mujer observa la imagen de su bebé, por lo que “probablemente los cambios corresponden a una especialización del cerebro para encarar los retos que supone la maternidad”, explicó el investigador de la UAB y del IMIM y director del grupo que ha llevado a cabo el estudio, Oscar Vilarroya.
Para hacer el estudio, los investigadores compararon imágenes de resonancia magnética de 25 mujeres embarazadas antes y después del parto, las parejas hombres de 19 de ellas, y un grupo control formado por 20 mujeres que no estaban embarazadas y las parejas hombres de 17 de ellas. El seguimiento duró cinco años y cuatro meses, según reseñó la agencia EFE.