Diego
Para Diego Oquendo, el maracuchito del programa Consentidos Estrellas que transmite Televen, no hay límites. Él puede ir al colegio, cumplir con sus labores escolares, compartir con su familia y pasar horas grabando en el canal sin ningún inconveniente. A pesar de su corta edad (10 años) el pequeño tiene grandes sueños y unas ganas enormes de comerse el mundo.
A los siete años se enfrentó por primera vez a una cámara de televisión. Era una prueba para formar parte de Hay Corazón (versión infantil) y fue precisamente al salir de set cuando decidió dedicarse al entretenimiento. “Cuando estaba parado frente a las cámaras no sentí miedo, al contrario, era como si lo hubiera hecho antes. Me gustó y le dije a mi mamá que quería hacer televisión”.
Más de dos años tiene el jovencito en el proyecto del canal de la bolita roja, al cual ingresó luego de superar un casting donde asistieron más de mil niños de todas partes de Venezuela. “Había gente por todo el canal, nunca me imaginé que iba a quedar”. Diego tiene dos hermanos menores, Santiago y Miguel de cuatro y siete años. Cursa el quinto grado de educación básica y quiere graduarse de comunicador social. “Mi sueño es animar grandes premios como los Pepsi Music, los Oscar o los Platino”, confesó en su visita a La Verdad.
Una promesa
“El maracuchito”, como cariñosamente lo llaman, es uno de los mini reporteros del espacio que sale de lunes a viernes a las 4.00 de la tarde. Diego ha entrevistado a grandes estrellas del mundo del espectáculo pero el que más le ha gustado es Oscarcito. “Es muy pana. Ha sido el mejor de todos”. Reveló que sueña con entrevistar a Chino y Nacho. “He perdido dos oportunidades pero estoy seguro que la tercera será la vencida”.
El animador visitó su natal Maracaibo para realizar una serie de reportajes sobre el Zulia, entre los que destacan entrevistas con Los Chiquinquireñitos, Indigo y varios lugares emblemáticos de la región.
Diego es un emprendedor de obras sociales. Tiene una fundación llamada DOM “El Maracuchito” que realiza eventos benéficos para ayudar a los más necesitados. Esta labor filantrópica le ha valido reconocimientos. “Me gusta que los niños como yo sean felices por eso trabajamos incansablemente en la fundación y cada vez que podemos realizamos eventos en varias partes del país”.
Apoyo absoluto
Zuleika Oquendo ha tenido que despojarse de su papel de madre para convertirse en la representante artística de Diego. El apoyo a la carrera de su hijo ha sido fundamental. “Tanto su padre como yo lo apoyamos desde el primer día. Tratamos de aconsejarlo y sobre todo de calmarlo en los momentos de mucho estrés. Es un niño muy espontáneo, nosotros somos sus guías”.
Sus profesores y compañeros de clases son parte importante en su desarrollo, en muchas ocasiones, sus cómplices. “A veces por las grabaciones debo ausentarme en el colegio pero mi maestra, la directora y mis compañeros son muy buenos conmigo y me entienden. Cuando llego del canal hago mis tareas y si tengo examen me quedo estudiando hasta tarde”.
Su día comienza a las 5.00 de la mañana, él y su familia viven en Guatire, a media hora de Caracas. “No me canso y tampoco veo esto como un trabajo, disfruto cada pauta. Esto es lo que me gusta”.
En dos años tendrá que salir del staff de animadores del programa. 12 años es la edad límite para estar dentro del proyecto por tratarse de un espacio infantil. Situación que no le preocupa porque tiene claro lo que quiere hacer. “Cuando me toque salir espero seguir trabajando en el medio. Quiero graduarme de comunicador social y seguir animando, actuando y hasta cantando”.
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Cinco años lleva Diego viviendo en Caracas con su familia