miércoles, diciembre 11, 2024
InicioEl país real

El país real

-

El punto central es que si las reglas del juego están diseñadas para promover cierto tipo de comportamiento, el mismo será el que tenga la estrategia ganadora y por lo tanto será el que predomine

Las dinámicas económicas siempre encuentran sus rutas y cuando los sistemas formales fallan se generan procesos en los que la actividad económica es dominada por la ilegalidad. El contrabando, tráfico de drogas, los sobornos, incluso los sistemas de financiamiento como los prestamistas, se vuelven cada vez más normales. La razón de esto es sencilla, el dinero nunca se detiene, siempre encuentra la manera de seguir circulando, más cuando la debilidad institucional lo permite. Esta realidad está hoy más que nunca presente en Venezuela.

Ante esta situación pudieran adelantarse conclusiones sobre la pobreza moral del venezolano, sobre el predominio de una cultura rentista, en la repetida viveza criolla, e incluso en factores genéticos. Todas estas conclusiones son apresuradas, pues dejan de lado un factor fundamental, a saber la destrucción institucional del país. Basta pensar en la barbarie nazi para comprender como el bien y el mal pueden cohabitar en una sociedad.

El tema de fondo en la coyuntura actual es fundamentalmente institucional, se trata de las reglas de juego que predominan. El ámbito de la Teoría de Juegos ha estudiado esto a profundidad, y el punto central es que si las reglas del juego están diseñadas para promover cierto tipo de comportamiento, el mismo será el que tenga la estrategia ganadora y por lo tanto será el que predomine. En países inmersos en contextos conflictivos, como el de Venezuela, generalmente las estrategias ganadoras son aquellas que suelen estar asociadas con la ilegalidad. 

Lo anterior no significa que la estrategia ganadora sea la deseable, sin duda hay temas morales de por medio, por lo que no toda la población se aboca a ese tipo de actividades. Pero más allá de esto, lo cierto es que esta realidad se da en todos los niveles sociales, no es exclusiva de las clases más pobres, de hecho suele cobrar mayor impulso en las clases de mayores recursos.

Comprender esta situación ayuda aproximarse al país real, a ese que no tiene una sola imagen idealizada, pero que tampoco puede ser condenado a absolutismos relacionados a la naturaleza del venezolano. Se trata de asumir que ante una situación de debacle institucional, en la que las condiciones están dadas para que ciertos comportamientos sean favorecidos por encima de otros, es previsible la existencia de la ilegalidad como forma de interrelación económica. Y como en toda situación social, solo será el cambio en las condiciones institucionales lo que hará que estos comportamientos desaparezcan.

Visited 1 times, 1 visit(s) today
- Publicidad -
Artículo anterior
Artículo siguiente

Lo Más Leido