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Los vecinos de la urbanización El Soler, en el municipio San Francisco, ya alcanzaron los 60 días sin agua potable. Lo que sale por las tuberías es aire. En el peor de los casos el escenario que empeora cuando, llenos de esperanza, conectan una bomba a las tuberías de sus casas, “para ver si se logra jalar algo”, pero el agua que sale es marrón.
Más de mil 500 familias sobreviven con la compra de botellones de agua mineral y agua por cisternas. Jairo Aponte es uno de los afectados y denunció que cuando logra sacar un poco de agua con la bomba, el agua parece un arcoíris. “El agua llega verde, marrón, amarilla hasta que tenemos suerte y llega cristalina”. La última vez que llegó el agua, en la avenida 47 de la urbanización, fue hace un mes y solo duró un día y medio.
La familia promedio de esta zona debe comprar al menos dos tanques de agua semanal, de cinco pipas, a 500 bolívares cada una. Y un botellón de agua mineral diario cuesta 200 bolívares. Lo que genera un gasto de aproximadamente seis mil bolívares semanales.
Yajaira Martínez, ama de casa, sentenció que “esto ya no se aguanta. Ni siquiera dormimos por estar pendiente del agua”. Exigió a Omar Prieto, alcalde del municipio, que se aboque a resolver la situación. “Aquí hay gente enferma, niños, mujeres embarazadas. Todos necesitamos el agua”.
Habitates de El Samán, Villa Sur, El Caujaro y otros caseríos cercanos reportaron estar en la misma situación. Exigen a las autoridades del sur bombear agua lo más pronto posible. “Muchas veces tenemos que ir a Maracaibo a comprar agua mineral porque aquí no se consigue”.
Pillos
Desde las 4.00 de la mañana los camiones cisterna recorren las calles de El Soler para vender el agua. Los precios varían entre 350 y 500 bolívares por pipa. Las fallas en el servicio han obligado a los lugareños a recurrir a comprar agua de camión, pero además de luchar contra la especulación en los precios también contra los robos. “Si te levantas de mañana a comprar agua te puede pasar como a mí, que el hombre del camión me robó el dinero y no me echó agua, me atracaron en todo el frente de mi casa”, contó Alida Reverol, en El Soler.