En La Esperanza, la necesidad vapulea al deporte

La cancha de usos múltiples carece de arquerías y tablero, mientras que al estadio de softbol le sobra monte. Dugouts repletos de orina y excrementos dan la bienvenida a deportistas locales y visitantes. Falta de gradas, iluminación y balones alejan del deporte a vecinos de 15 barrios

Robinson García, mejor conocido como el “Profe”, hace un recorrido por donde alguna vez todo fue alegría y diversión. De aquello solo quedan vestigios, pues la delincuencia, vandalismo, carencia, monte y necesidad se encargaron de eliminar cualquier rastro. La cancha de usos múltiples La Esperanza, en la calle 23 de la parroquia Ildefonso Vázquez, se nota vacía y con grandes carencias.

El recinto deportivo, construido hace más de 10 años, tiene al menos seis en un pésimo estado. Los chubascos dañaron el techo y el vandalismo se llevó arquerías, tableros, aros y sistema de iluminación. García explica que los maleantes, incluso, hurtaron el techo de las gradas y pedazos de la cerca. “Teníamos pensado hacer una cancha de bolas criollas y un parquecito, pero todo quedó en proyecto”.

El estado deplorable en que se encuentra la cancha, aleja de sus instalaciones a vecinos de 15 barrios de los alrededores. Gracia comenta que solo pueden jugar caimaneras porque las condiciones no están aptas para organizar un torneo. “Muchos vecinos pelean porque se la pasa sola, oscura y la utilizan los malandros para esconderse y atracar”.

Sin nada 

El entrenador afirma que carecen de todos los implementos deportivos y por ende, los más de 250 niños y jóvenes que hacían vida en sus espacios, se alejaron. Las actividades recreativas donde participaban madres y abuelos quedaron atrás. Aquellos sábados o domingos en los que 100 muchachos se daban cita para competir, no volvió a ocurrir. 

Henry Vizcaíno, líder comunitario, explicó que en algún momento fueron recuperadas las áreas, sin embargo, progresivamente todo se fue perdiendo. A unas pocas casas se ubica el estadio de béisbol y kickingbol La Esperanza, único en su estilo en la parroquia y donde el monte y la basura sirven como cartas de presentación.

En el lugar practican 10 equipos de kickingbol de 20 jugadoras cada uno pertenecientes a la escuela de formación Virgen de Fátima. La cerca está en el suelo y los dugouts repletos de sucio, orina y excremento. El campeonato pasado los elencos que hacen vida dentro de sus instalaciones se vieron obligadas a jugar en Mara o La Victoria, por lo que muchas de sus participantes no pudieron asistir.

El único balón que hay está a punto de explotarse y al caer la noche todos se marchan, puesto que ni un bombillo se alcanza a observar. Los vecinos piden la recuperación de los recintos y el alumbrado de las calles. Anhelan que los jóvenes tengan un lugar digno y acorde donde poder jugar.

Visited 6 times, 1 visit(s) today