Aquellas
La verdad que conseguir efectivo en los bancos se ha vuelto un suplicio para los zulianos el despacho del mismo por las taquillas de las entidades financieras a quedado a discrecionalidad de los gerentes en muchos casos, las limitaciones impuestas por la Sudebán (Superintendencia de Bancos) y otras por las normativas y políticas emanadas de los trenes directivos de los bancos en función de la disponibilidad de efectivo que pueda manejar la institución financiera.
La mayor parte de las agencias en términos promedios están dispensando 10 mil bolívares por taquilla y cajeros automáticos, sobre todo las ubicadas en zonas urbanas, cuyos estratos sociales corresponden a la clase media o media baja, mientras que las localizadas en zonas de clase baja con poca actividad financiera han llegado a la terrible realidad de solo dispensar cinco mil bolívares por taquilla, mientras sus cajeros automáticos muy convenientemente permanecen inoperativos. No obstante aquellas agencias con alta actividad financiera ubicada en zonas comerciales y empresariales con alta demanda operativa y por ende de efectivo, los despachos por taquillas pueden oscilar entre 20 y 50 mil bolívares, todo depende de la discrecionalidad del gerente debido al tipo de clientes.
La situación antes relatada lleva a los ahorristas a vivir el viacrucis de tener que estar todos los días en un banco, porque buena parte de las compras que realizan, las efectúan en el mercado informal, cuyos precios en la mayoría de los casos son más bajos y es donde se consigue el producto; en ese mercado no se pueden tranzar operaciones con puntos de ventas sino en efectivo; ahora bien, qué puede comparar una persona hoy día con cinco mil bolívares o 10 mil bolívares, prácticamente nada, lo cual es un ejemplo de la esclavitud y la miseria a la que estamos siendo sometidos por este régimen oprobioso que nos gobierna.
Por ello los avances de efectivo en puntos de venta de establecimientos comerciales y empresariales, se ha vuelto un gran negocio cobrando coimas del 10 % y hasta 15 % sobre el monto del efectivo a retirar, golpeando de manera más terrible aún el ingreso familiar de la clase media y baja, haciéndolos más pobres y lucrando a un grupo o sector comercial y empresarial que se beneficia de la nefasta planificación de la política monetaria, implementada por el Banco Central de Venezuela, en pocas palabras la culpa no es del loco sino de quien le da el garrote.
Esto sucede porque la velocidad a la que crecen los precios, la demanda de efectivo, la base monetaria para financiar el gasto fiscal obsceno del Gobierno y aguas abajo, la liquidez monetaria creada por el sistema financiero, es muy superior a la velocidad con que crece la cantidad de monedas y billetes como componentes de esta última, esto provoca que la mayor parte del efectivo que sale de las agencias no retorne a ellas por las limitaciones antes señaladas, convirtiéndolo en un bien escaso y por ende su acceso tenga un costo de oportunidad alto del cual se aprovechan quienes lo poseen a costa del empobrecimiento de las mayorías.