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El 19 de abril de 1810 es una de nuestras fechas patrias, por haberse dado los primeros pasos hacia la independencia de Venezuela; el 6 de diciembre de 2015 pasará a formar parte de nuestras grandes efemérides, porque hemos dado los primeros pasos por recuperar la libertad que nuestros padres fundadores se esforzaron en darnos.
Los venezolanos dimos una lección de heroísmo y valor, al derrotar por vía democrática a un gobierno autocrático y de corte autoritario. La voluntad popular fue expresada, y los millones de ciudadanos que acudimos al llamado de las urnas, pasamos a formar parte de las páginas doradas de nuestra historia, con el arma más poderosa de los demócratas como lo es el voto.
A partir del 5 de enero de 2016 un nuevo panorama político y social debe configurarse. La nueva Asamblea Nacional se convertirá en lo que siempre ha debido ser; un espacio de debate plural, donde se discutan los temas que realmente aquejan al país, y no los caprichos de un pequeño grupo. El Parlamento volverá a ser el representante de la Nación entera y no un instrumento para humillar y aplastar a los que piensan distinto.
Debemos sentirnos orgullosos,y caminar con la frente en alto. Lo que hemos logrado es la victoria de la modernidad sobre el oscurantismo de la democracia contra la tiranía. Este domingo logramos una hazaña heroica que nos coloca en la palestra de los luchadores por la libertad, tal como Bolívar, Urdaneta y Sucre; los venezolanos de hoy supimos responder al llamado de la patria.
La victoria debe ser administrada con humildad y serenidad, es momento de una gran reconciliación nacional, que nos una a todos, incluso a los que siguen votando a favor del Gobierno nacional. Juntos debemos edificar un nuevo modelo económico, político y social que sustituya al actual, que nos ha llevado a una crisis que arrastra a la miseria a todo un país.
Este diciembre se ha iniciado una senda irreversible; así como en aquel año de 1810 el camino emprendido por los fundadores de la República no pudo ser desecho, ni por todo el poder del imperio español. La ruta del cambio, decidida por la gran mayoría de nosotros, no será revertida ni con todo el poder del Gobierno, tenemos el mayor de los poderes: la voluntad soberana del pueblo de Venezuela.