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Lo que corrió en principio como un rumor se transformó con el paso de los días en una realidad. Las autoridades de la Universidad del Zulia, en consejo universitario, denunciaron que un grupo de invasores se apostaron en las inmediaciones de la granja experimental Ana María Campos, ubicada a un costado de la vía Maracaibo-La Cañada de Urdaneta y la hacienda San Pedro en el municipio Machiques de Perijá para realizar actividades “contrarias a la ley” e invadir los espacios.
Según relataron los representantes de la universidad, el pasado miércoles un grupo de 40 personas acompañadas por una comisión del Instituto Nacional de Tierras (INTI), se presentaron en la hacienda San Pedro con un documento que “no se firmó porque no tenía destinatario” y que consagraba que el comodato del lugar “estaba vencido desde hace 13 años”, pero es “falso porque los terrenos pertenecen a LUZ desde hace más de 15 años” y se “demostró en 2011 que es verdad”. Este lunes, y tras las denuncias, personas invadieron la granja Ana María Campos, tumbando la cerca y dividiendo las parcelas.
Pesadilla
Los problemas van más allá, puesto que en reiteradas ocasiones estos patrimonios son víctimas del hampa y personas inescrupulosas que cargaron con ventanas, puertas, pupitres, pizarras, escritorios, bombillos y aires acondicionados. Los espacios no solo funcionan como fuentes de producción, desarrollo agropecuario y agrícola, sino que allí se prestan múltiples servicios como la docencia, investigación y extensión, que alimentan el intelecto de los estudiantes de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Agronomía, además otros colegios universitarios.
Jorge Palencia, rector de LUZ, comentó que “lo que verdaderamente importa es la formación de nuestros estudiantes, su desenvolvimientos en laboratorios y en el campo” además que tanto en la granja como en la hacienda “descansan la productividad agrícola y pecuaria” de la región. Elvis Portillo, decano de la Facultad de Agronomía, señalo que la granja tiene más de 50 años al servicio de toda la comunidad y que las personas deben entender que construir allí una gran barriada solo afectará “aún más el desarrollo social”.
En el “pulmón vegetal” existen proyectos agrícolas para la siembra y producción de sorgo, frijoles, yuca y hortalizas para el beneficio de la comunidad en convenio con la gobernación del Estado. Junto a José Manuel Rodríguez, decano de la Facultad de Veterinaria, recalcaron que el país “lo que necesita” es producir y “nunca” negaron los espacios para buscar este fin. “Es difícil y muy triste esta situación. No solo es el daño cuantitativo, es el daño a la formación y al patrimonio universitario. Incluso se ha planteado que allí funcione un módulo para atender a nuestros estudiantes foráneos, pero vemos como se cierran los espacios por el desorden que estamos viviendo”, sentenció Rodríguez.
Desde el 2016 ocurren las “acciones vandálicas”, situación que fue rechazada por el consejo universitario que exigió una respuesta efectiva de las autoridades. Los decanos hicieron énfasis en que “los encargados de la seguridad estadal dijeron que no permitirían la invasión”, mientras que los académicos intentan dialogar con los vecinos para hacerlos “entrar en razón”.