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Ya van pasando las tétricas sombras de la noche, se van disipando las tinieblas con su crepúsculo, y emprende su camino el brillo hermoso de la nueva alborada. Cada día que pasa se acentúan más las penurias de este pueblo, sigue a la orden del día, la escasez de alimentos y medicinas; los alimentos populares se han encarecido, otros rubros se han evaporado de los estantes, el venezolano consume actualmente grasa y carbohidrato porque es lo que más obtiene en el mercado. Es poderosamente turbador este desbarajuste en la alimentación, influenciado por la falta de producción nacional, la falta de opciones en los mercados y el ruin poder adquisitivo de la población. Las consecuencias ya han empezado a sentirse en los hogares venezolanos, los cinturones hay que apretarlos más, los pantalones cada vez destellan más anchurosos, los ciudadanos delgados entre nosotros van en incremento, es la trágica realidad que hoy nos ha tocado vivir. La olla está a punto de ebullición; el Referéndum revocatorio, hoy día, se constituye en el mecanismo constitucional propicio para intervenir como la válvula de escape, a esta situación de extrema asfixia entre la población venezolana.
Es pasmoso y desconcertante, y se ha convertido en una verdadera tragedia nacional, que en una nación tan rica como la nuestra, los venezolanos se hayan visto en la imperiosa necesidad de incluir el mango como paliativo imprescindible en la desbalanceada dieta nacional, para no pasar hambre; y lo peor del caso es que continúan empeñados los principales voceros del Gobierno nacional en no reconocer la crisis, no abordan sus causas y siguen precisados en solo colocar paños calientes, mediante decretos y planes que en nada han contribuido a revertir esta deplorable situación, mientras la gente siente y padece en carne propia, como desmejora su calidad de vida, esto se ha convertido en un perverso atentado contra el sosiego y la estabilidad familiar, se profundiza la crisis en medio del caos.
Alarmante el éxodo masivo de jóvenes venezolanos en su mayoría profesionales hacia otras latitudes del orbe en busca de un mejor porvenir; resulta lamentable reconocerlo, pero aquí el futuro no resulta nada promisorio, los principales destinos a saber: Chile, Panamá y EEUU; esta última nación, ha sido uno de los destinos más codiciados de los venezolanos, aunque la patria, el hogar que te vio nacer nunca jamás dejará de ser el verdadero terruño, el de los abrazos, los besos, los sueños colectivos y familiares; no obstante, cada vez que la situación se torna tensa en el país, y se incrementan las protestas, el Ejecutivo nacional en vano organiza y convoca marchas oficialistas, para pretender endosarse un respaldo popular, que ya no posee, y las cadenas presidenciales, además de fastidiosas, no dan tregua, para el diálogo nacional, principal aspiración del pueblo venezolano, que nos conduzca a la paz, pero un diálogo para que todo siga igual, de mal en peor, ese no lo quieren los venezolanos.