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En la última conversación con sus familiares, Xavier Otto Palmar (42) les notificó que se iría a hacer unos negocios y regresaba en dos horas. No hubo más comunicación entre ellos desde el 28 de marzo de 2016. Se denunció el secuestro e iniciaron las investigaciones. A casi un año de la desaparición, la Policía tuvo ayer noticias. Al ingeniero lo mataron y sepultaron su cadáver en el patio de una casa, en la avenida 63 del barrio Los Olivos, parroquia Caracciolo Parra Pérez del municipio Maracaibo. Los detectives aún rastrean sus huesos.
Una comisión de la Brigada Antiextorsión y Secuestro de la Policía científica junto con el Cuerpo de Bomberos de Maracaibo y Protección Civil excavaron fosas de un extremo al otro de la residencia con letrero de ventas.
Según los Palmar, al ingeniero lo vieron por última vez con sus primos lejanos Gabriel y Germán Carrillo (22), quienes son morochos y están acusados por presunto plagio. Un día después de la desaparición encontraron su carro, gracias al GPS, lo conducía uno de sus parientes. No supo explicar por qué tenía el vehículo y lo detuvieron preventivamente junto a su hermano. A los pocos días recuperaron su libertad.
La familia se acercó, en julio de 2016, a La Verdad. Responsabilizaron al fiscal décimo del Ministerio Público de liberar a los únicos sospechosos. No firmó la solicitud de aprehensión, lo que impide que el proceso se produzca.
No solo el hecho de que uno de los presuntos secuestradores apareció al día siguiente manejando su automóvil los delata. Hay mucho más. Un familiar de Xavier, quien prefirió guardar el anonimato, denunció que el día en que ingresaron a la casa de Germán encontraron mil 360 dólares, que al parecer pertenecían a Palmar.
Un mes después apareció uno de los teléfonos de Xavier a tres casas de donde viven los acusados, en manos de una niña especial que ante la pregunta: “¿De dónde lo sacaste?”, dijo que se lo había prestado su hermano, que es amigo de los involucrados.
La familia no dejó de repetir durante la entrevista que su único interés era saber del paradero de Xavier. “Si es de pagar rescate, aunque no lo tengamos, buscaríamos el dinero… Y si está muerto que no los digan también, para realizar así aunque sea la despedida, pero que acaben con esta incertidumbre que tenemos de una buena vez por todas”.