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Dadas las circunstancias que vive el país y un régimen fuera de control, se hace imperativo tomar decisiones agresivas como lo hizo recientemente la MUD para hacer realidad la exigencia de una parte mayoritaria de la población que aspira un cambio del estado actual de cosas, el cual pasa por la sustitución del actual Presidente de la República por una persona comprometida con el proceso de transformación que requiere el país, desde la perspectiva de un nuevo modelo de desarrollo, sustentable y sostenible, en el que prevalezca la producción y la productividad nacional. Un líder que tienda puentes con todos los sectores de la nación con el fin de cerrar acuerdos que posibiliten una transición ordenada y el manejo político-económico; que restituya el Estado de derecho y atienda el caos en que se ha convertido Venezuela.
Los cauces están desbordados y parece imposible poner una barrera de contención a la desesperación de la gente que quiere salir a la calle a manifestar su cansancio por las penurias que está pasando, sin que haya una respuesta efectiva del Gobierno; más allá de las frases grandilocuentes y planes sin concreción alguna. En ese sentido, la organización de manifestaciones pacíficas, es la mejor forma de canalizar el descontento, antes que haya un estallido social que se convierta en una expresión violenta, de consecuencias impredecibles. Sin embargo, la más grave consecuencia sería la profundización y extensión de la fractura de la sociedad.
La asistencia multitudinaria a la marcha del pasado sábado 12, que convocó a ríos de gente en Caracas y varias ciudades del país, es un paso de avance de la MUD para articular estrategias que permitan alcanzar el objetivo superior de desplazar del poder a un régimen nefasto que no solo es incompetente e ineficiente sino también corrupto. Significó también la conjura de viejos temores y mostrar que su músculo político permanece firme, a pesar de las marramuncias del oficialismo. De manera convincente el pueblo expresó su voluntad de sacudirse el miedo a listas como la tristemente célebre “lista Tascón” y firmó para convocar al referendo revocatorio.
Una semana “redonda” para la MUD que envió un sólido mensaje al Presidente de la República y al PSUV, que siguen apelando al populismo ramplón y visceral para cautivar de nuevo a un pueblo que despertó del agrio sueño que vivió durante 17 años.
(*) Frase de “Chúo” Torrealba.