Venezuela
El Estado de Excepción decretado por Maduro en varios municipios fronterizos del Táchira con la República de Colombia, es una medida descabellada, solo explicable por el desespero del régimen ante la coyuntura electoral. Mucho se especula sobre las causas que llevaron a la agresión de tres efectivos del Ejército y un civil en San Antonio del Táchira el 19 de agosto, después de haber decomisado un alijo cuantioso de drogas y dólares en una camioneta de dos funcionarios de la GNB, hecho conocido por un fiscal del Ministerio Público el 17 de agosto. Además, si se actúa con tal celeridad y radicalismo en este caso, ¿por qué no se actúa igual con los crímenes que a diario ocurren, en medio de la mayor impunidad, en todo el país, y especialmente en la Gran Caracas?
Lo que está ocurriendo en nuestras fronteras con el contrabando, el bachaqueo o las casas de cambio, son las consecuencias de una política económica totalmente equivocada, de un régimen que no se atreve a gobernar. El Estado de Excepción, solo responde al desespero de un régimen que sabe, que la ventaja promedio que las encuestas le dan a la oposición llega a 28,3 puntos, suficientes para tener mayoría calificada de dos tercios en el poder Legislativo. Pero lo más lamentable de todo, es la actitud de un régimen, que pretende hacer política sin subordinarla a la ética. Una sociedad justa solo puede alcanzarse con respeto a la dignidad trascendente de la persona humana.
Como bien lo expresó Juan XXIII “La convivencia entre las naciones se funda en los mismos valores que deben orientar la de los seres humanos entre sí: la verdad, la justicia, la solidaridad y la libertad”. Nada de esto está presente en este incidente con la hermana República de Colombia. Es evidente que Venezuela y Colombia constituyen la patria común de muchas personas, ligadas por vínculos jurídicos, históricos y afectivos, que no pueden echarse por la borda, por desplantes pseudorevolucionarios para subir en las encuestas. Venezuela y Colombia en conjunto, constituyen la patria del Libertador. Un gran venezolano, el doctor Rafael Caldera, resumió esa realidad histórica en su primera visita como Presidente a Colombia, cuando expresó: “Vengo de Caracas a Bogotá sin salir de la patria de Bolívar”. Es eso lo que no entienden estos “bolivarianos" de pacotilla obsesionados por los paramilitares, pero complacientes hasta el extremo con la guerrilla colombiana de las FARC que actúa a sus anchas en nuestro territorio.