La verdad que te deja en evidencia…

Debes ser consecuente con la imagen ética que se espera de ti y hacer cuanto tus prerrogativas y competencias te otorgan para que la justicia, la verdad, el honor, el respeto sean restaurados y sea desagraviada la víctima del robo o hurto

“El mundo no está en peligro por las malas personas, sino por aquellas que permiten la maldad”. Albert Einstein.

Hablaré aquí de la criminalidad en esferas menos insospechadas. Sitios donde para nada se te puede ocurrir que hay gente con doblez y bajo perfil, con ropaje de gente decente y  en quien por su oficio o por su presunta dignidad, no asoma ni la más mínima sospecha de su mente retorcida. Evidentemente los ladrones no avisan cuando van a robar. O sea, no previenen a las víctimas pues se arriesgarían a ser descubiertos y de ese modo no lograrían sus sorpresivas vagabunderías.

Cuando te aprovechas de tu puesto o cargo para robar o hurtar y luego hacerte el desentendido o la desentendida y empezar a argumentar a favor de lo injustificable y buscas alianzas para que te respalden y te concedan la razón, lo que has dejado en evidencia es que eres una delincuente o un delincuente, así el resto de la gente tenga de ti una opinión diferente, ya te descubriste ya dejaste ver tu personalidad, y estás a la sombra del infierno, se te ha visto la costura, no eres persona de fiar, tiras la piedra y escondes la mano. Solamente te creen los burros de tu mismo pelo. 

En cambio cuando Dios te coloca en un puesto o cargo para servir a la justicia y a la verdad, debes ser consecuente con la imagen ética que se espera de ti y hacer cuanto tus prerrogativas y competencias te otorgan para que la justicia, la verdad, el honor, el respeto sean restaurados y sea desagraviada la víctima del robo o hurto y la consideración debida a esa persona se haga efectiva por haber sido objeto de un acto tan flagrante que ha dejado todas los rastros.  

Es como el delincuente de cuello blanco que en su escritorio en una oficina furtivamente con su bolígrafo o en su  ordenador altera documentos y cifras, para cometer delitos informáticos o hurtar lo que es de otro cristiano y sacar beneficio para sí o para un tercero,  igual está cometiendo un delito y  no es una persona correcta, tiene por tanto una doble personalidad. Una que muestra a la gente decente con la que trabaja y otra que deja ver en sus acciones al margen del decoro, del honor, del respeto, de la consideración y de la ley.

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