La vida es servicio

Venezuela quiere paz, diálogo, soluciones. Otro asunto importante. No tenemos derecho a equivocarnos. Nuestro pueblo no debe pasar de la esperanza y las expectativas, al desánimo y la frustración

Memorable para la historia venezolana. El 6-D la inmensa mayoría popular salió a la calle a manifestar su descontento con un Gobierno que no ha honrado su razón de ser. El Gobierno es servicio. La política es servicio. Si un Gobierno no está produciendo resultados positivos, tiene que reflexionar, reconocer, enmendar, cambiar. 

De la jornada cívica del domingo debemos todos aprender. El primero, el mismo Gobierno. He escuchado las declaraciones de dirigentes del Psuv. Es obvio que no han dado la adecuada lectura a lo que pasó. Pensar que triunfó la “guerra económica”, o que traicionaron los ideales de Chávez; es desconocer el profundo descontento popular y el anhelo de cambio. El Gobierno tiene la obligación de asumir su derrota y de redefinir el rumbo de Venezuela.

Quienes acompañamos a la Unidad Democrática, también tenemos mucho que aprender. Siempre lo dijimos. El voto es la herramienta fundamental para producir cambios. Aprendamos, que el cáncer que más daño nos ha causado es la desesperación; el inmediatismo que nos llevó a cometer tantos errores durante estos 17 años que hubieran sido menos de no haberlos cometido. Debemos aprender también que la unidad es necesaria ahora y va a serlo por varias décadas. Otro aprendizaje se sustenta en que el triunfo es de los humildes. Aquí no hay revancha. Tenemos que demostrar que la nueva minoría tendrá el respeto que la actual no recibió. Tenemos que  evitar posiciones radicales. 

Venezuela quiere paz, diálogo, soluciones. Otro asunto importante. No tenemos derecho a equivocarnos. Nuestro pueblo no debe pasar, como casi siempre, de la esperanza y las expectativas, al desánimo y la frustración. Tenemos una gran responsabilidad con el país. Por último: La historia nos está dando una oportunidad y no hay tiempo que perder. ¡El trabajo debe comenzar ya!

Una reflexión final para todos los ciudadanos. Aprendamos que la política es algo que nos compromete a todos. A los que militamos y a los que no. Así que a involucrarnos, no sólo con el voto, sino con el seguimiento a los dirigentes, la exigencia de cuentas, la generación de ideas y proyectos. Vamos a participar en nuestras organizaciones comunitarias, gremiales, laborales, académicas, culturales. Hagamos de nuestra vida un gran esfuerzo de realización familiar, pero vayamos más allá. Recordemos la inmortal frase de Tagore: “Yo dormía y soñé que la vida era alegría. Desperté y vi que la vida era servicio. Serví y comprendí que el servicio era alegría”.

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