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La inseguridad en Perijá tomó el fuete y galopa por todas las fincas productoras de leche y carne. Los robos y hurtos se multiplican en el campo. En La Villa del Rosario se afincaron los casos. En un año la recurrencia tocó a 26 predios. “Hay más, pero como no denuncian, no se sabe”, lamenta Carlos Sandoval, presidente de la Ugavi, en entrevista con La Verdad.
El sector que tiene récord en frecuencia es Aquí me quedo. En menos de tres meses la repetición pone en jaque la continuidad de la producción de alimentos. Sandoval detalla cuáles son las conocidas. Las reseñadas en datos de la Unión de Ganaderos de La Villa. La lista de afectadas se extiende aunque desconocen montos de las pérdidas y precisión de los hurtos. “Están las fincas de Belinda Montiel y Humberto Ocando. En una lancha llegaron por atrás, por el Lago y robaron todo”.
Otra fue Campo Nuevo. “Le robaron al productor la motosierra. Se metieron y abrieron la llave del tanque de leche y se perdieron 600 litros”. Las pérdidas se desconocen por falta de registro de denuncia. Donde ni hacer inventario fue necesario fue en Guayabal. “Ahí hicieron arraso. Televisores, aires acondicionados, válvulas de riego. Todo”, critica el directivo de Ugavi.
El hurto de implementos agrícolas, bienes, equipos y ganado sacude las capacidades productivas. La falta de una pieza del sistema de riego interrumpe la rotación de pastoreo en potreros. Paraliza los ciclos programados para el pasto de los animales destinados a leche y carne. Y es que sin agua no hay pastos. No hay comida para las reses.
Sandoval explica que con el verano intenso de los últimos años las fincas necesitan tener disponible los métodos alternativos para surtir de agua las zonas donde están los semovientes. Necesitan electricidad para activar los sistemas de riego, de luz, de la refrigeración de los tanques de leche. Por eso cuando roban un transformador en el campo, se pone oscuro asegurar la producción.
Pide se investigue a dónde van a parar los bienes hurtados y robados de los predios. Alguien tiene que estar comprando para que la ola de inseguridad tenga azotada la actividad ganadera. Y deje sin recursos las unidades. El impacto en los costos de producción a causa de la inseguridad está ampliando el terreno.