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Cada año, se estima que dos mil 100 niños nacen o contraen el VIH de sus madres en América Latina y el Caribe, 22 mil 400 se infectan con sífilis, alrededor de nueve mil nacen con Chagas y seis mil contraen el virus de la hepatitis B.
Si no son detectadas y tratadas a tiempo, estas enfermedades pueden generar abortos, muerte fetal, malformaciones congénitas y neurológicas, problemas cardíacos, cirrosis, cáncer de hígado y en algunos casos hasta la muerte.
Para poner fin a la transmisión de la madre al hijo de estas cuatro enfermedades para 2020, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) lanzó el Marco para la Eliminación de la Transmisión Materno-infantil del VIH, la sífilis, la hepatitis y la enfermedad de Chagas (ETMI-PLUS), una hoja de ruta con estrategias e intervenciones dirigidas a las mujeres antes y durante el embarazo, así como a las puérperas y a sus recién nacidos.
Para reducir al máximo posible la transmisión materno-infantil de estas cuatro enfermedades, la iniciativa de la OPS propone el testeo universal de todas las embarazadas, una política que adopta los países de la región y del mundo para diagnosticar el VIH y la sífilis, pero no todavía para el Chagas y la hepatitis B.
“Queremos que la próxima generación no solo esté libre de VIH y de sífilis, sino también de Chagas y de hepatitis B”, sostuvo Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Análisis de la Salud de la OPS. “Contamos con herramientas efectivas para evitar que los niños se infecten de sus madres, pero necesitamos que estas medidas de prevención lleguen a todos los que las necesitan”, indicó.