Los multimillonarios ingresos obtenidos por el petróleo solo produjeron una nueva clase de ricos, que se han apropiado de más del 60 % de esas riquezas
Los venezolanos estamos sometidos a la más despiadada arremetida de la guerra de mentiras mediáticas que Nicolás Maduro ha puesto en práctica para sostener a su gobierno moribundo. Todos los días, a cualquier hora, le son útiles para desplegar todo el abuso de su gobierno para pronunciar discursos atestados de falsedades y promesas de renovación y reedición de ofertas no cumplidas, la mayoría de las cuales han sido un vergonzoso fracaso, que hemos vivido en estos años de oprobio para quienes soportamos en estado de indefensión la descarga de un presidente que no se cansa de mentirle al pueblo, ofreciendo y prometiendo lo que sabe que no podrá cumplir.
Este Gobierno fracasó y todo lo que hace es aferrarse a lo que sea con todo y no caer al precipicio. No hay comida, ni producida en el país ni traída del exterior; el alto costo de la vida y la escasez se acentúan cada vez más. Las arcas de lo que debería ser la mayor reserva internacional en dólares de América Latina, lo que guardan dentro son los mayores escándalos de corrupción y desfalcos que hayamos conocido. Los multimillonarios ingresos obtenidos por el petróleo solo produjeron una nueva clase de ricos, que se han apropiado de más del 60 % de esas riquezas, sin que se hayan sometido a juicio sus protagonistas, quienes disfrutan en los paraísos fiscales de las mismas.
Los aumentos de hambre que el señor Maduro decreta sin tener soportes financieros, lo que traen es más alto costo de la vida y hambre. La gasolina fue aumentada y el gran negocio que era para quienes cuidaban la frontera a fin de que no se la llevaran, ahora se traslada para el reparto incontrolado e impune del dinero que produzca el incremento hacia las misiones, suerte de caja sin fondo y desaguadero de la plata de los venezolanos, y así vaya a parar a los bolsillos de la dirigencia del PSUV y demás vividores de esos programas. Todo comienzo tiene su final y hemos llegado a él, y nada impedirá que el pueblo decida pasar factura, y que con su accionar precipite el cambio de gobierno que más del 80 % de los venezolanos reclaman.