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El barrio Rafael Urdaneta, en la parroquia San Isidro de Maracaibo, parece olvidado por Dios. Aunque su gente sea cordial y amigable, las calles arenosas y repletas de monte se encargan de ocultar cualquier indicio de progreso. Los ranchos, cercas improvisadas y algunos perros con sarna se encargan de hacer el panorama aun más desalentador.
Edixa Villalobos, un ama de casa que vive en el sector desde hace más de 40 años, comentó que el tiempo pareció detenerse. “Hace 35 años echaron la ultima capita de asfalto. No tenemos gas desde hace más de nueve años y tenemos que comprar bombonas carísimas. Las calles están totalmente oscuras y Corpoelec no da respuesta. Los transformadores se viven explotando”.
Villalobos señala que la delincuencia es uno de los problemas más graves. “Aquí secuestran. Dejan carros robados, los motorizados arrebatan los teléfonos o atracan a quienes salen a trabajar en la mañana. La Policía solo pasa cuando están buscando a alguien”. Otro problema latente es la falta de trabajo y estudios en varios de sus habitantes, aseguró la mujer.
Irresponsables
Aunque la calle 3 de la barriada no tiene botes de agua, el asfalto solo cubre un pedazo mínimo. Raimundo Palmar vende agua y algunas chucherías en un local al borde de la vía y justo frente a él, está el trabajo inconcluso de la Alcaldía. “En Noviembre empezaron a echar asfalto y el proyecto contemplaba toda la calle. Pasaron tres meses y solo pavimentaron dos cuadras de 15, el resto es arena y piedras”.
Los residentes están hartos de las necesidades que tienen en la comunidad. Al menos dos mil familias afectadas exigen respuestas a los entes gubernamentales.
“La panadería la han robado cuatro veces en lo que va de mes”. Raimundo palmar (Comerciante).
“Queremos tener luz legal. Hacemos la solicitud, dicen que vienen y nada”. Edixa Villalobos (Habitante del sector)
2 mil personas habitan el barrio que está en la vía hacia La Concepción