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El engendro heredero, afirmó el miércoles pasado que: "La Ley de Amnistía y de Reconciliación Nacional, es una ley de guerra que profundizará las divisiones entre los venezolanos", la amnistía, desde tiempos inmemoriales ha servido para armonizar a los hombres y mujeres de la sociedad y consolidar en su conciencia la esperanza de vivir en paz y de evitar, en tiempo y espacio, todos los conflictos que pueden devenir en guerra, y por supuesto, en muerte. En el imperio romano, emperadores como Diocleciano, Maximiano, Nerón, entre otros, atacaron, acosaron a mansalva a los cristianos, hasta ordenar a sus ejércitos aniquilarlos de la faz de la tierra; a pesar, de esa fuerza siniestra, también, se abrieron espacios para disminuir la confrontación. El emperador Constantino es ejemplo de ello, amnistió a los cristianos, y más que eso, logró convertir el cristianismo en la religión oficial del imperio; Licinio, con el "Edicto de Milán", logró impedir para siempre la persecución de los cristianos, haciendo de la paz el eje central y primario del imperio romano.
Aún en las guerras, el hombre busca la posibilidad de entenderse y de fijar criterios que le den a la paz el espacio que le corresponde en una sociedad; prueba de ello, es que al finalizar la primera guerra mundial entre vencedores y derrotados, se abrieron compuertas para la paz; el Tratado de Versalles de 1919. En España, después de una guerra civil de 40 años, se creó una Ley de Amnistía muy amplia, donde se hizo hincapié en la liberación de los presos políticos, así como en un alargado espectro de delitos, que incluían: actos políticos, rebelión, sedición y denegación de auxilios cometidos antes de diciembre de 1976.
Días después del sangriento 4 de febrero de 1992, los llamados dirigentes de izquierda y defensores de los DDHH, hoy en el poder, comenzaban a proponer a la opinión pública una amplia amnistía a favor de todos los militares golpistas que causaron más de 300 muertos y centenares de heridos. El mismo "comandante eternamente enterrado" ante la CEV argumentaba su apoyo a una Ley de Amnistía, dijo: "Es una fórmula para buscar la reconciliación, tranquilidad y paz social, y así, poder frenar la grave crisis política que hoy atraviesa el país...".
El engendro heredero y los bribones que le acompañan, dan todo su apoyo a la paz en Colombia y engranan estrategias para la guerra política a lo interno. El respeto a la Ley de Amnistía es una necesidad insoslayable y la AN, por mandato del soberano, está en el deber de promulgarla.