Funcionarios de la Policía científica, Cpbez y la Diep llegaron al sector La Limpia, cerca del Colegio Panamericano, para capturar a un presunto delincuente. Los familiares del occiso aseguran que lo ajusticiaron
Sentados a las afueras de la morgue forense, los familiares de Dalduith Osvaldo Chávez, de 28 años, aseguraban que los funcionarios de la Policía científica llegaron al sector La Limpia del municipio Maracaibo para matarlo. La víctima no tenía antecedentes penales, se dedicaba a vender queso y nata.
Cuando Osvaldo Ramón Chávez, tío del joven, observó a los medios de comunicación acercarse hacía él, aprovechó la oportunidad para relatar lo sucedido. El día del asesinato, 25 patrullas cerraron las calles adyacentes a la casa donde vivía su sobrino, los oficiales de la Policía regional acompañados por comisiones de la Dirección de Inteligencia y Estrategias Preventivas (Diep) rompieron la puerta principal.
Una vez dentro apuntaron con un arma de fuego a los habitantes del inmueble, les exigieron que esperaran afuera, “el procedimiento no podía tener espectadores”.
Desde el otro lado de la avenida, la madre del muchacho escuchó tres detonaciones, una sombra de tristeza se reflejó en sus ojos, lloro.
Un testigo del hecho, cuyo nombre no quiso revelar, detalló que los funcionarios forzaron la cerradura de la habitación, hallaron al presunto delincuente tendido sobre la cama, dormía. Sacaron sus armas de reglamento y le propinaron dos impactos de bala en el pecho.
Los parientes del occiso comentaron que los efectivos lo subieron a una patrulla con destino al Centro Clínico Vera donde sostuvieron que todo se había tratado de un enfrentamiento. “No estaba armado”, repetían una y otra vez.
Se conoció que el fallecido tenía ocho hijos, era el mayor de cinco hermanos y trabajaba como comerciante.