Los desplazados por la crisis

 

No es menos importante señalar la solidaridad del pueblo colombiano para con nuestros compatriotas, donándoles trabajo, alimentos, calzados, vestidos, colchonetas y diferentes enseres, para hacer más llevadera su miserable realidad

La razón de mi artículo estriba en relación a mi visita realizada a la hermana República de Colombia ,específicamente en las ciudades de Barranquilla en el departamento del Atlántico, Riohacha, Fonseca y Maicao en el departamento de la Guajira, donde pude constatar la calamitosa realidad en la que se encuentran miles de venezolanos desplazados  por la crisis económica, política y social que está viviendo nuestro país; buscando nuevas oportunidades progreso social en libertad que el Socialismo del siglo XXI les arrebató.

Por ello muchos de estos compatriotas para escapar de la crisis, prefieren  vivir -en las primeras de cambio antes de estabilizarse-, en condiciones de miseria e  insalubridad, durmiendo en plazas, aceras, pasarelas y corredores viales; dedicados a labores domésticas, de obreros, buhoneros y economía informal, devengando salarios bajos; otros que son la minoría por su bajo nivel de formación e instrucción se dedican a la mendicidad y pepenaduría como única opción de supervivencia.  

Esta situación se está convirtiendo para el vecino país, según algunos especialistas en materia de trabajo social y economía de dichas zonas, en una carga social, fiscal y en problemas de  seguridad ciudadana y afectación, a la actividad económica formal de la zona, sobretodo en el sector comercio y servicios por la situación de ilegalidad e informalidad en la que se encuentran muchos de ellos.

No obstante, no es menos importante señalar la solidaridad del pueblo colombiano para con nuestros compatriotas, donándoles trabajo, alimentos, calzados, vestidos, colchonetas y diferentes enseres, para hacer más llevadera su miserable realidad; cuyo único responsable ha sido la corrupción, ineficacia, ineficiencia e incapacidad de un régimen populista totalitario, liberalizado en los primeros 13 años por el inefable y difunto gendarme de Sabaneta de Barinas y héroe del museo militar en el fracasado golpe de Estado del 4-F de 1992.

Quienes han dilapido más de 1,3 billones de dólares americanos en los últimos 18 años de gobierno, mediante la implementación de un modelo económico fracasado, de planificación central, estatización y confiscación progresiva, de los medios de producción privados más rentables de nuestra economía, así como del factor capital mediante perniciosos y opacos controles de cambio con diferentes tasas, que crean de forma premeditada enormes distorsiones en los precios, liquidan al mercado como mecanismo ideal, la fijación de los mismos, y cercenan toda posibilidad de progreso para la iniciativa empresarial e industrial privada.

  

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